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La Casa de Galicia en Madrid expone sus fondos artísticos en Santiago

La muestra viajará después por "aldeas y ciudades" de toda Galicia

Cuarenta y cinco cuadros y siete esculturas forman la exposición A casa habitada que se inauguró ayer en la Igrexa da Universidade de Santiago de Compostela. La obra forma parte de los fondos de la Casa de Galicia en Madrid, la oficina que la Xunta abrió en la capital española hace 16 años y que alberga una pinacoteca de 202 piezas. A casa habitada permanecerá un mes en Santiago y después se trasladará a la localidad orensana de Lobios, en el parque natural Limia-Xurés. "Queremos que los cuadros vayan más allá de las ciudades", explica Alfonso Sobrado Palomares, veterano periodista y director de la Casa de Galicia desde 2005, "y alternar con villas y aldeas; en la zona de O Xurés viven casi 80.000 personas, contando las del otro lado de la frontera".

Manuel Abelenda, María Gato, Jorge Castillo, Lomarti o Sucasas son algunos de los autores que aportan trabajos a la muestra. "No se trata de una selección de los mejores cuadros", afirma Palomares, "sino un panorama representativo de la colección de la Casa de Galicia". La institución ha ido reuniendo pintura a lo largo de los años bien directamente, bien mediante la organización de exposiciones en el edificio del Casado del Alisal, detrás del Museo del Prado. "Cada pintor que expone en la Casa de Galicia, cede una obra para la colección", afirma el director. Entre el arte que no ha viajado en A casa habitada -"no los movemos de allí"-, se cuentan a los grandes del movimiento renovador de los años treinta: Luís Seoane, Manuel Colmeiro o Carlos Maside.

"La Casa de Galicia es una casa habitada por el talento de los artistas gallegos, poblada por el talento", argumenta Alfonso Sobrado Palomares sobre el título de la exposición. Además del fondo permanente de pinturas, la Casa acoge exposiciones temporales. "El mes que viene habrá dos obras más en nuestra pinacoteca", relata, "y ahora, inmediatamente, habrá una muestra de Virxilio y después una antológica de Prego".

Palomares se refiere al organismo que dirige, directamente dependiente de la Presidencia de la Xunta, como "auténtica embajada gallega en Madrid". La Casa de Galicia, que el gobierno de Manuel Fraga Iribarne puso en marcha en 1992, funciona como oficina administrativa y de registro en Madrid. La organización de debates, los ciclos de música, "de techno a folk", danza o los recitales poéticos coordinados por el escritor de Neda Vicente Araguas -Estacións poéticas- se integran en las "labores culturales" a las que se refiere Sobrado Palomares respecto del "escenario de las resonancias gallegas en Madrid".

"Hace un año, y ahora ya se puede decir", recuerda, "hubo conversaciones entre israelíes y palestinos; fueron secretas, sólo en conocimiento del presidente del Gobierno, del ministro de Asuntos Exteriores y del de la Xunta. No llegaron a ningún lugar, claro".

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