Luis Fabiano derrota al Sevilla
La expulsión del brasileño deja al equipo sin arietes y favorece la remontada del Valladolid
El Valladolid recuperó oxígeno, fútbol, goles, casi todo en un partido que a la media hora dictaba un destino bien diferente porque Jesús Navas había dado un recital de velocidad y acierto y le daba al Sevilla una victoria fácil que sólo había que saber administrar, o incluso mejorar, porque el extremo estaba ayer pleno de inspiración.
Pero entonces apareció Luis Fabiano. El delantero brasileño tenía una tarjeta amarilla a la espalda, no había tocado balón, cuando se le ocurrió hacer un piscinazo en el área del Valladolid. Segunda amarilla, roja. No sólo dejó a su equipo con diez, sino también sin un delantero centro para la hora larga que quedaba del encuentro en Zorrilla.
Jiménez, técnico del Sevilla, había diseñado un once de emergencia para resolver los problemas de un equipo que ha perdido firmeza en las últimas semanas: cayó sorprendentemente contra el Málaga la semana pasada y fue derrotado en Copa por el Ponferradina, de Segunda B.
VALLADOLID 3 - SEVILLA 2
Valladolid: Asenjo; Pedro López, Nano, García Calvo, Marcos; Álvaro Rubio (Vivar Dorado, m. 49), Medunjanin; P. León (Borja, m. 83), Escudero (Canobbio, m. 45), Sesma; y Goitom. No utilizados: J. Villar; Ogbeche, Baraja y Aguirre.
Sevilla: Palop; Konko, Squillaci, Escudé, Fernando Navarro; Navas, Duscher (Fazio, m. 45), Romaric, Maresca (Armenteros, m. 66); Renato (Fernando, m. 85) y Luis Fabiano. No utilizados: Varas; David Prieto, Tom de Mul y Crespo.
Goles: 0-1. M. 18. Navas cede a Renato que marca a puerta vacía. 0-2. M. 24. Navas, de volea en el segundo palo tras un centro de Maresca. 1-2. M. 43. Cabezazo de Sesma. 2-2. M. 51. Rechaze de Canobbio tras un remate de Medunjanin. 3-2. M. 63. Canobbio de libre directo.
Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Duscher, Navas, Marcos, Navarro, Konko, Squillaci y García Calvo. Expulsó a Luis Fabiano en el minuto 33.
Unos 15.000 espectadores en Zorrilla.
Por eso Jiménez hizo acopio de centrocampistas de esos que tienen sentido estratégico. Duscher, Romaric, Maresca y en la media punta Renato. El Sevilla tenía el balón, lo robaba pronto y lo conservaba bien. Además, sabía crear peligro cada vez que Navas enganchaba el cuero en su banda. Así llegó el primer gol. El segundo fue el resultado de una composición coral de todo el equipo que llevó la pelota de un lado a otro volviendo loco al Valladolid que intentaba perseguir el balón en bloque. La obra coral la finalizó Navas que cerró la acción ofensiva con una volea dura al palo corto.
Mendilibar había tomado nota durante la semana. El entrador del Valladolid revisó el partido de Copa contra el Hércules, y los cinco goles marcados en Alicante le animaron a aplicar nuevas recetas en las que hasta ahora no tenía ninguna fe. Colocó a Medunjanin en el medio centro, un jugador holandés de origen bosnio que en la pretemporada estuvo a prueba hasta que consiguió su contrato pero en quien Mendilibar no terminaba de confiar por una presunta falta de rigor táctico.
En el descanso, cuando la remontada ya se había iniciado, entregó el papel principal a Canobbio, que hasta ayer, sólo había disfrutado de minutos secundarios. El primer gol llegó de un centro impecable del bosnio a la cabeza de Sesma, y desde entonces Medunjanin se hizo con el papel al que su calidad en el trato del balón le llama: mandarlo y organizarlo todo en un equipo sobrado de músculo pero muy necesitado de esas virtudes.
El fútbol volvía a fluir en el Valladolid. Canobbio marcó el empate en un rechace después de otra aparición de Medunjanin y terminó de ejecutar al Sevilla con el tercero, un libre directo ajustado a la escuadra de Palop.
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