_
_
_
_
_
Análisis:Cosa de dos
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Humanismo

Carlos Boyero

A pesar del lógico respeto o la razonada admiración que siento hacia muchos de los premiados en la principesca y anual ceremonia de Oviedo, no logro nunca conmoverme con la escenificación del ritual acontecimiento por mucho racial gaitero, señores ataviados con emplumados gorros y ropajes medievales, solemnidad de sangre azul, discursos de pompa y circunstancias y demás afrodisiacos que le echen al asunto.

Lucho contra mis bobos prejuicios hacia esa cosa tan ancestral, dadaísta y carísima llamada monarquía (deben de ser bobos ya que constato que incluso los espíritus más lúcidos, republicanos y críticos también han sido seducidos por el aura divina de los monarcas terrenales y suspiran por ser invitados a sus recepciones), pero me enciendo inevitablemente al constatar año tras años que los príncipes de España reivindican el humanismo. Pues, claro. ¿Qué van a reivindicar personalidades tan cultivadas y modernas? ¿El bestialismo, el satanismo, las Cruzadas, el nazismo, el expolio del Tercer Mundo, la tortura, el belicismo, los extraterrestres, el terrorismo? Me ocurre con el sobadísimo termino "humanismo", que empiezo a hacerme un lío con lo que significa aunque debe de ser algo excelso. Lo único transparente es que todo el personal que chorrea poder y riqueza siente una responsabilidad incansable en la defensa y la exaltación de los valores humanos.

En medio de esa movida tan trascendente de si invitan o excluyen a España en el club de los más molones para recetar contra el Apocalipsis, escucho al vibrante Zapatero: "Vamos a demostrar que hay Gobiernos que están dispuestos a cambiar las cosas, a frenar a la avaricia". Y te preguntas cómo no se le había ocurrido antes lo de ponerle la zancadilla a los consentidos y glorificados depredadores.

Y admites que el crimen se ha consumado, pero que no estaría mal ver en la guillotina a los forrados homicidas. Bueno, en la guillotina no, que suena a revancha jacobina. Te conformas con que obliguen a banqueros, constructores y demás piratas a devolver el botín. Pura utopía. En la gran estafa debió de pillar cantidad de peña, muchos conductores de patrias. Todos ellos humanistas, por supuesto.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_