El Camino se anima en Internet

Las ensoñaciones del mundo entero caben en la pequeña aldea de Piñeira de Arcos (Sandiás, en la comarca de A Limia). A un golpe de clic, más de un centenar de directores de vídeos de animación de 26 países se han subido a la página web de la productora orensana Limaía que ha convocado el primer festival on line de dibujos animados, Animacam.

Sin apoyo mediático ni publicitario y desde una recóndito pueblo gallego "que hace apenas unos años no tenía ADSL y gastaba más en seguridad contra los picos de tensión de Fenosa que en los equipos informáticos: pagaba 3 megas y en realidad tenía 1,5", Limaía ha puesto en marcha un Xacobeo animado virtual.

Xosé Luís Carneiro, director de Limaía Produccións lo tuvo claro hace años, cuando ideó el proyecto. Su empresa está plantada en la Vía de la Plata, en plena comarca de A Limia, con lo que pensó que debía aprovechar la singularidad de Galicia, "un país que fue el centro del mundo al que la Europa precristiana peregrinaba para ver morir el sol en Finisterre y después, con el matiz religioso, a la tumba del Apóstol" para poner en marcha su propio Camino de Santiago. Una peregrinación cinematográfica en Internet.

El certamen reúne 160 películas de todo el mundo y otorga 11 premios

"La calidad de los trabajos es impresionante", dice el organizador

"Si el cine es imagen en movimiento, la animación aún lo es más", explica el productor, convencido de que con su proyecto ha creado ya un punto de encuentro de todas las culturas y una promoción de la diversidad. "Si nos conocemos mejor nos respetamos más y ésta es la única forma de sobrevivir", señala para explicar de inmediato el objetivo de su proyecto: "Buscar un hueco a la producción global relacionada con los dibujos animados que habitualmente no tiene salida, proyectos que quizás no fueron adelante en su momento y que ahora están viendo miles de personas".

El punto de encuentro en la pequeña aldea orensana da sus frutos, pese a la ausencia de financiación privada con la que esperan contar en la segunda edición. "Nosotros somos una productora de animación, una empresa, y queremos que esto sea rentable", reivindica Carneiro los apoyos públicos e institucionales. "Estamos lanzando el país al mundo", apostilla el máximo responsable del concurrido certamen.

Porque desde que hace tres meses convocó el festival, "y sin publicidad de ningún tipo", los vídeos colgados en su página www.animacam.tv han tenido 50.000 visitas, una promoción inusitada.

Anuncios publicitarios, cortos, pilotos para series de televisión, animación para móviles, bocetos de videojuegos y animación retrospectiva compiten en el animado camino de Santiago. Algunos de los proyectos que se han presentado han tenido reconocimientos ya en otros festivales. Limaía también concede sus propios premios: 11 galardones de los que 6 los otorgan por votación los usuarios. Los más existosos se repartirán 22.000 euros.

"La calidad de los trabajos es impresionante, se han presentado desde la campaña de la Eurocopa para Cuatro hasta el vídeo Dogs que ha tenido en Youtube más de un millón de descargas; el trabajo de un ruso sobre el agua, ganador del certamen Aniboom, o el primer largometraje de animación hecho íntegramente con plastilina, O Apóstol, por la productora gallega Artefacto".

La plantilla de Limaía Produccións estuvo durante tres meses recibiendo y organizando todo el material tras difundir la convocatoria por el boca a boca de la red hasta reunir una base de datos de más de 50.000 direcciones.

Ahora, internautas de todo el mundo ponen un pie virtualmente en Sandiás para bajarse, hasta el 1 de diciembre, las 160 películas de animación que compiten en la red mientras la verde aldea de Piñeira de Arcos se abre al mundo promocionando el Xacobeo que viene e informando de todos los caminos posibles que llevan al Apóstol.

"Abrimos la página con una doble finalidad: organizar el festival y promocionar el Camino", apunta Carneiro mientras hace recuento de la diversidad de creadores (de toda América, Israel, Ucrania, Bosnia-Herzegovina, Arabia Saudí, Inglaterra, Francia, Bélgica etc.) que integran en la aldea global la peculiar Babel de los dibujos animados.