Aguantar o reconocer el error
PREGUNTA. Hace dos meses cambié mi posición como director financiero de una mediana empresa industrial a otra, más grande, del mismo sector (componentes electrónicos). Acepté el puesto, aparte de por una pequeña mejora salarial, por la perspectiva de acceder en un plazo de unos dos años a la dirección general, algo que se me insinuó con claridad en el proceso de contratación. Tras aterrizar en la empresa he comprobado que su situación financiera es muy delicada y lo peor es que nadie, ni mi jefe ni mis colegas, parecen tener una estrategia clara para afrontar el problema. Mi duda es si debo permanecer al menos el tradicional mínimo de un año en el puesto, o reconocer abiertamente que me he equivocado y empezar a buscar otra cosa inmediatamente. A. B. Internet
RESPUESTA. Como primera alternativa, debería intentar influir tanto en su jefe como en sus compañeros sobre su visión de la situación de la compañía. Al llegar de fuera, tiene una visión nueva y equidistante de los problemas y, por tanto, es más realista y objetiva que la de los demás.
No creo que deba permanecer un año en el cargo, más bien debería hacerlo por usted mismo. Ha de procurar influir para cambiar la situación, más aún si su objetivo es llegar a una dirección general a corto plazo. Como director financiero o como director general se espera que plantee propuestas que provoquen un análisis profundo que contribuya a producir un cambio en la postura o visión de su jefe y compañeros. ¿Y qué pensarán los accionistas? ¿Están de acuerdo en no hacer nada?
Los proyectos y la experiencia profesional se construyen a base de resolver problemas y encontrar soluciones a situaciones difíciles, con ello se madura, se aprende y se crece a nivel profesional y personal.
Esto no quiere decir que haya que asumir una misión imposible. Si después de intentarlo llega a la conclusión de que no es posible el cambio ni se pueden tomar las decisiones que permitan encauzar la compañía por el camino adecuado, entonces sí podrá decidir buscar otra cosa y marcharse. Y ni siquiera esperar un año. Esta vez sí, por su carrera. Porque un año participando de una situación que no es compartida o que no nos convence no le va a ayudar en absoluto en su carrera futura. Y esto sí que justifica un cambio.
Sonia María Pedreira de Pinho es consejera delegada de Ray & Berndtson España.
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