España acabará el año con unos 930.000 pisos nuevos sin vender
Las inmobiliarias sólo colocan el 40% de lo que construyen
La vivienda se amontona. España terminará este año con alrededor de 930.000 viviendas de obra nueva sin vender. El mercado está tardando en ajustarse a una demanda estancada, y hoy siguen entregándose los pisos que se iniciaron hace más de un año, cuando el boom daba sus últimos coletazos. Los datos de los aparejadores lo atestiguan: en el tercer trimestre se acabaron el 3,6% de viviendas más que en el mismo periodo del año anterior. Las promotoras terminaron las obras de 184.200 pisos, pero vendieron 75.000. Sólo se deshicieron del 40% de la producción, y el stock sin vender creció en 109.000 unidades.
En las áreas metropolitanas la caída de los precios alcanza el 7,1%
La firma de tasaciones Tinsa auguró ayer que este año se venderán 300.000 viviendas y que se acumularán entre 920.000 y 930.000 pisos para los que no se hallará comprador. Este abultado stock se sumará a las 650.000 viviendas construidas entre 2005 y 2007 que no se vendieron y, además, a las que están en manos de inversores, que las tienen vacías o en alquiler porque no pueden revenderlas. Fuentes del sector creen que no es exagerado estimar que el volumen de pisos sin colocar es de más de dos millones.
De acuerdo con los datos de la tasadora, la acumulación de viviendas seguirá hasta la segunda mitad de 2009, que será cuando se acabarán menos pisos y se notarán las medidas del Ejecutivo para fomentar la circulación de dinero en el mercado. En todo caso, el director general de la compañía, Luis Leirado, indicó que la absorción del stock "no será rápida" y dependerá de las medidas que puedan tomar la diferentes administraciones para fomentar el alquiler y convertir pisos libres en protegidos.
La fuerte caída de la demanda está provocando que los precios sigan descendiendo. En general, los valores han disminuido un 4,9%. En términos reales, es decir, con la inflación, lo han hecho un 9,5% en el último año. Las áreas metropolitanas son las que más están sufriendo las crisis financiera e inmobiliaria, con unas caídas de precios del 7,1%. También las grandes ciudades pasan apuros, con descensos del 6,5%, mientras que la maltrecha costa mediterránea, donde se inició la debacle residencial, cede un 5,3% (en 2002 había llegado a crecer un 24,1%).
Ninguna zona se libra de la bajada del valor de la vivienda. Las islas Baleares y Canarias experimentaron una caída del 4,4%, y en el resto de municipios la rebaja fue más leve, del 1,7%.
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