Intermitencias del yen
Con la acumulación de acontecimientos de los últimos meses está pasando casi desapercibida la fuerte apreciación del yen frente al dólar. Su fortaleza se ha intensificado en los últimos días ya que, por las dificultades con las que se están topando el sistema financiero y la economía de EE UU, el yen se ha convertido en una moneda refugio. Todo ello a pesar de que la economía japonesa ha entrado en recesión y gracias a que sus bancos no se han visto muy afectados por la crisis financiera (ni que decir tiene que si el yen se está apreciando frente al dólar, y el dólar frente al euro, el yen se está fortaleciendo frente al euro también, y en una magnitud mayor: un 20% en apenas tres meses).
Se están deshaciendo operaciones de préstamos en monedas con tipos de interés bajos como el yen
Otra de las razones que está favoreciendo la fortaleza del yen es que se están deshaciendo muchas de las operaciones que durante los pasados años de abundancia proporcionaban sustanciosos beneficios a los hedge funds y a todo tipo de inversores institucionales: el llamado carry trade. ¿En qué consiste? En tomar préstamos en las monedas con tipos de interés bajos (por ejemplo en yenes, que los tienen próximos a cero) e invertirlos en países con tipos de interés altos como Australia. Al liquidar esas operaciones se hace necesario vender los dólares australianos a cambio de yenes en los mercados de divisas para así poder devolver el préstamo inicial. Esas compras hacen subir la cotización del yen (frente al dólar australiano, claro está, la apreciación ha sido muy alta y ha superado el 40%).
Todo esto tiene muy preocupados a los exportadores japoneses y a buena parte de los operadores en los mercados de cambio, sobre todo ahora que la cotización ronda los cien yenes por dólar. Algo parecido sucedió en marzo y provocó un terremoto (¡otro más!) en los mercados de cambio.
La razón es que los bancos japoneses han estado ofreciendo un tipo de producto estructurado ligado a la cotización del yen. Ese tipo de producto, que en otras variantes también se ha distribuido en Europa, ofrecía a quien lo suscribiera sustanciosas rentabilidades, siempre que la cotización del yen no alcanzara los extremos de un intervalo que iba desde 90 a 120 yenes por dólar (en marzo el tipo de cambio llegó a 95,77 y muchos operadores en el mercado de divisas necesitaron buscar la manera de cubrirse de la materialización de los riesgos por su participación en el producto estructurado).
Hoy el problema es, si cabe, más agudo ya que el colapso de bancos de negocios de EE UU ha dejado el mercado con menos bancos y hedge funds (y más miedosos) dispuestos a actuar como "la otra parte contratante", lo que deja a los demás con muchas dificultades para desenvolver su negocio y con un riesgo muy elevado en sus libros. -
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