Hormiga para el dolor de muelas
La actriz madrileña, que el próximo viernes 17 de octubre estrena el filme Camino, guarda muy buenos recuerdos del viaje que hace unos años hizo a Venezuela con su hermana y una amiga.
¿Se soltaron mucho la melena?
Nos la soltamos bastante en Isla Margarita. Es como la Ibiza venezolana; playas bonitas y vida nocturna superanimada y caribeña: aquello es Planeta Reggaeton. Y luego tienen sitios con nombres divertidos, como Las tetas de María Guevara.
¿Qué son? ¿Dos montañas?
Dos cerros de altura casi idéntica. Cuentan que la tal María Guevara era una señora ilustre del siglo XIX que tenía los pechos pequeños.
¿En Caracas les van los nombres tan irónicos?
De Caracas no vi mucho, estuve pocos días. Pero el panorama de las lomas de la ciudad es sorprendente. Están plagadas de barriadas de ranchitos, las viviendas ilegales que se extienden en sitios impracticables. Y todo cubierto por una red enorme de cables eléctricos empalmados, como una tela de araña gigante.
Entonces fue todo sol y playa.
No, también fuimos al parque nacional de Canaima, donde está el salto del Ángel, la cascada más grande del mundo. Recuerdo que nos aproximamos volando en avioneta con un piloto medio suicida que ponía el avión de medio lado.
Algo de adrenalina viene bien.
El susto valió la pena; luego nos bañamos bajo la cascada. Imagina ese chorro enorme cayéndonos sobre la cabeza.
¿Fueron más allá de la cascada?Fuimos de excursión por el parque guiados por un indígena caribe vestido con un taparrabos. No debía de pasar de los 16 años. Nos instruyó en temas de medicina natural.
¿Por ejemplo?
Nos explicó que el culo de las hormigas rojas que hay en la zona tiene un efecto anestésico.
¿Hay que morderle el culo?
Es lo que hicimos. Mordimos la parte inferior del tronco de la hormiga y la masticamos. Y sí, te duerme la lengua. De otra planta, nos explicó con una sonrisa que "si uno come una hoja, se vuelve invisible". Pero ésa ya no la probamos.
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