De las cumbres del Himalaya a las alturas de Zaldiaran

No es lo mismo ascender al K-2 que pasear por los montes cercanos al puerto de Zaldiaran, pero Alberto Zerain (Vitoria, 1961), disfruta de igual modo en cada una de sus salidas. El alpinista alavés, que ya prepara su siguiente expedición a otro ochomil, al Kanchanjunga (8.586 metros), la tercera cumbre más alta del mundo, pasea mientras tanto por los alrededores de su casa, en el pueblo de Subijana de Álava, unos cinco kilómetros al suroeste de Vitoria. "No valoramos lo que tenemos alrededor de Vitoria; en el reciente primer maratón de montaña, que discurrió en buena parte por Zaldiaran, los corredores de fuera no se podían creer que la ciudad contaran con un entorno virgen a pocos kilómetros del centro".

"Mi pasión siempre ha sido la montaña, no sumar cumbres", dice el alpinista

Ayer, aprovechando el buen tiempo, Alberto Zerain salió de su casa a media mañana y tomó el Camino de Santiago que pasa justo al lado. Se trata del tramo alavés, cada vez más popular, confirma el montañero. "En los últimos años, ha aumentado el número de peregrinos, sobre todo extranjeros, que prefieren cruzar la Llanada alavesa en la primera parte de su viaje". Con su compañía, en paralelo a la N-I, suele llegar hasta el collado de La Tejera, desde el que se divisa la sierra de Badaia y también todo el valle de Treviño y, al fondo, la sierra de Cantabria, aperitivo de las vistas que ofrecerá el recorrido propuesto.

En lugar de seguir con los peregrinos hacia Treviño, Zerain se desvía hacia su izquierda, en busca de las cumbres que preceden al Zaldiaran. El paseo, entre bosques de robles y quejigos, ha deparado en más de una ocasión afortunados encuentros para el alpinista. "Si vas con cuidado y tienes suerte, puedes ver corzos y jabalíes, pero normalmente salen corriendo antes de que uno llegue a encontrarse con ellos".

La ruta continúa por la arista que lleva a la primera cumbre, San Miguel, invadida como el resto de las que jalonan la ruta por repetidores de radio y telefonía móvil. Así y todo, merece la pena llegar a lo alto, para disfrutar de las vistas que ofrecen sus 944 metros: desde el Gorbea hasta el San Lorenzo, ya en La Rioja. "Como mi pasión siempre ha sido la montaña, no la suma de cumbres, casi podría decir que disfruto por igual en una excursión por los montes de Vitoria", comenta Zerain antes de seguir su recorrido en dirección a la segunda cima, Busto.

En esta ocasión, no habrá problemas para coronar, como sí los tuvo este verano en el Himalaya. Se vio obligado a abandonar la ascensión al Broak Peak, en teoría, la más difícil de las dos cumbres que iba a coronar. "Por diversas razones, sólo tenía una oportunidad y a mitad de ascensión comencé a sufrir dolores de cabeza y opté por retirarme". Alberto Zerain siempre se ha caracterizado por su sensatez en la montaña, la misma prudencia que, días después, cuando tuvo que afrontar el K-2, le llevó a alcanzar la cima en solitario horas antes de que otros compañeros sufrieran un mortal accidente en el descenso. "Con el tiempo, aquellos acontecimiento se han ido reposando y ya los veo con cierta distancia", señala.

Sigue el paseo hacia las cumbres de Busto (976) y Zaldiaran (978), que se suben prácticamente encadenadas, con cierta facilidad, después de atravesar un atractivo bosque entre ambas.

Desde Zaldiaran ya sólo queda bajar poco a poco en dirección a Lasarte o, un poco más allá, a Armentia, donde espera al excursionista un espléndido chuletón en cualquiera de los restaurantes de estos dos pueblos contiguos a la capital alavesa.