La gota fría se cobra dos vidas

Lourraine Culler, de 48 años, y su hija Lauren, de 14, murieron el jueves arrolladas por una avenida de agua cuando cruzaban a pie el barranco de Foia de Palmera, en L'Olleria. Quisieron evitar pasar con el coche cuando la tormenta más arreciaba y la fuerza del agua, que arrastraba piedras y troncos, las venció. Fueron encontradas dos kilómetros más abajo sin vida.

Lourraine Culler, británica pero residente en L'Olleria, iba en coche con sus hijas, mellizas, y tres amigos de la familia. Venían del pueblo y se dirigían a casa, una vivienda de campo en la partida El Salido. No se atrevieron a cruzar el barranco con el vehículo, se apartaron del camino y lo aparcaron. Eran las ocho de la tarde. A pesar de las advertencias de la Generalitat sobre el temporal, decidieron cruzar a pie. Según los testigos, cuando empezaron a pasar hacia el otro lado andando, el nivel de agua era un poco mayor del habitual pero no discurría con virulencia. Sin embargo, cuando estaban ya pasando, les sorprendió una avenida de agua con troncos y piedras. Cuatro de las seis personas del grupo fueron arrolladas. Dos de ellas, lograron salir unos 200 metros más abajo. Pero Lourraine y una de sus hijas fueron encontradas por la Guardia Civil casi a dos kilómetros. Sus cuerpos estaban fuertemente golpeados. El forense no pudo determinar si la muerte fue por ahogamiento o por las tremendas lesiones. La otra hija de la víctima y un amigo, no llegaron a intentar cruzar.

El levantamiento de los cadáveres se produjo a las cuatro de la madrugada. El grupo de rescate de montaña de la Guardia Civil fijó los cuerpos en unas camillas y los remontaron 500 metros.Se cumplió el pronóstico. La gota fría descargó con fuerza desde última hora de la tarde del jueves y el mediodía de ayer en las provincias de Valencia y Alicante. Bomberos, Guardia Civil y Protección Civil, así como las policías locales realizaron centenares de intervenciones a consecuencia de la tromba de agua. En sólo 24 horas, Gandia acumuló 270 litros por metro cuadrado, Cofrentes 265, Estubeny 244, Montaverner 209, Beniarrés 192 o Enguera 170. Ocho personas fueron rescatadas de la furia del agua.

Cuatro de los rescatados fueron en Canals. Quedaron atrapadas en su vehículo. Una mujer también fue rescatada de su coche al desbordarse el caudal de un barranco entre Chiva y Godelleta. Y el grupo de rescate de montaña de la Guardia Civil tuvo que acudir en auxilio de tres espeleólogos en Confrides (Alicante). Ninguna de ellas sufrió daños.

El día de ayer empezó con problemas en las carreteras. Cuatro amanecieron cortadas: la CV-520, entre Valencia y Benifaió, la CV-700, la CV-712, entre Vall d'Ebo y Vall d'Alcalà, y la CV-640 que discurre por la misma comarca (La Marina). Estas dos últimas vías permanecieron cerradas prácticamente durante todo el día de ayer.

También el servicio de ferrocarril se vio afectado por las fuertes lluvias. El tramo entre Xàtiva y Alcoy fue impracticable durante todo el día. La conexión de la línea C-2 de cercanías entre Alcúdia de Crespins y Vallada no pudo funcionar durante varias horas. Unos 600 usuarios del tren se vieron ayer afectados por los problemas de las lineas.

También miles de usuarios tuvieron problemas por las suspensiones del servicio eléctrico. Durante toda la jornada del jueves, la mitad sur de la provincia de Valencia y el norte de Alicante sufrieron cortes de electricidad. Especialmente notables fueron en la ciudad de Valencia, en Godelleta, en Alborache, en Buñol, en Carlet, en Turís, en Rafelguaraf, en Oliva y en Torrevieja.

Asimismo, unos 800 vecinos de la zona alta de Cocentaina permanecen desde ayer sin agua por la rotura de una tubería sobre la que cayó una piedra de grandes dimensiones como consecuencia de la tormenta, informa Lucía Gadea.

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) tuvo que activar los aliviaderos de varios embalses dada la enorme acumulación de agua, especialmente los embalses de Tous y de Bellús en las comarcas centrales. En el caso de este último, desde primera hora de ayer, vertía al mar al menos siete metros cúbicos por segundo.

La lluvia provocó también desbordamientos. Especialmente significativo fue el del río Girona, en la Vall d'Ebo. También se registraron importantes crecidas en los ríos Albaida (de 175 metros cúbicos en su desembocadura), Algar, Guadalest, Sellent, Albaida y Clariano.

Además de los problemas en las comunicaciones y la suspensión de servicios como el eléctrico, el ferroviario o el transporte marítimo, el campo ha resultado fuertemente perjudicado por las tormentas. La Unió de Llauradors calificó ayer de destrozo el impacto en algunas zonas, desde márgenes y caminos a sistemas de riego pasando, por ejemplo, por el perjuicio para la vendimia. Las comarcas más afectadas, según La Unió, han sido La Ribera, La Safor, la Vall d'Albaida, la Canal de Navarrés, Hoya de Buñol, L'Horta y el Camp de Túria.

El dato más gráfico del impacto de la tormenta fue el agua acumulada en 24 horas en algunas comarcas como La Marina Alta, La Marina Baixa, El Comtat, L'Alcoià y la mitad sur de Valencia, que registraron una media de 200 litros por metro cuadrado. La tormenta produjo hasta 3.500 rayos. La Generalitat mantiene para hoy la alerta naranja en toda la Comunidad Valenciana. Se prevén nuevas precipitaciones que podrían alcanzar hasta los 150 litros por metro cuadrado.