Xavi está en todos los sitios

Se le puso la piel de gallina. Lo explicó el propio Xavi. La ovación que el centrocampista del Barça recibió el sábado al abandonar el campo a pocos minutos del fin del partido plasmó el reconocimiento de la afición a su trabajo. Tremendo jugador, que dirían los locutores en Cuba arrastrando la ene. Pep Guardiola lo hizo aposta. "Como nunca lo cambio, nunca lo aplauden. Dudaba entre cambiarlo a él o a Iniesta. Se merecía este reconocimiento", explicó. Antes el técnico había señalado otras dos cosas: que "Xavi se lo merece todo", y, literalmente, que le quiere mucho.

Los del entrenador no fueron los únicos piropos a Xavi tras la goleada 6-1 al Atlético de Madrid. Se llevó un rosario de alabanzas después de asistir dos goles azulgrana en un cuarto de hora -primero sacó el córner que remató Márquez y después le dio un pase medido a Eto'o en el 4-1- y rematar la faena participando en el sexto gol, obtenido por Henry tras un pase de Bojan. El centrocampista fue, además, el jugador del Barça que más pases dio, 73, y el que participó en más jugadas, 83. Y eso que no jugó los últimos 20 minutos.

Guardiola le sustituyó a 20 minutos del final para que el público le pudiera aplaudir

Gudjohnsen la clavó al referirse al decisivo papel de su compañero: "Está jugando a un nivel altísimo, con un pase suyo tienes muchas posibilidades de ponerte uno contra uno ante el portero". El delantero islandés dice que es "un placer y un honor jugar a su lado", y asegura que "el feeling" entre ellos crece partido a partido. Desde la portería, Valdés observó cómo la grada se ponía en pie para aplaudir a Xavi. "Que gente de la casa reciba estas ovaciones, con todo el campo de pie, es..." dijo sin encontrar el adjetivo. No fue el único en referirse a la condición de canterano del centrocampista. Bojan aludió a su "increíble potencial", aseguró que "es un orgullo tenerle en el equipo" y subrayó su origen: "Además es de casa". Piqué señaló que la ovación demostró "cuánto le quiere la gente" e Iniesta no sólo celebró "el partidazo" que hizo sino "todo lo que lleva hecho".

Nacido en Terrassa hace 28 años, Xavi llegó al Barça con sólo 11. Debutó en el primer equipo hace una década, en 1998. Fue en la Supercopa, contra el Mallorca. Y marcó. Desde entonces, van más de 300 partidos. Nadie discute que es el cerebro del equipo, capaz de leer cada partido, ya no sólo en función del rival, sino sobre el campo, donde reparte el juego sobre la marcha. Su posición actual, además, un poco más adelantada que la que ocupaba con Frank Rijkaard, le favorece.

Xavi es titular indiscutible. Esta temporada lleva más de 500 pases. Y las estadísticas sobre con quién se asocia refuerzan con números su condición de director de orquesta. Reparte juego a todo el mundo, pero con compañeros como Márquez, Puyol, Iniesta, Abidal y Busquets ha parido más de cuarenta jugadas. Con cada uno de ellos.

Su palmarés es impresionante. Con el Barça ha ganado tres ligas y una Champions. Con la selección española se proclamó finalista en los Juegos Olímpicos de Sidney y ha participado en los dos últimos Mundiales y Eurocopas. No sólo ganó en Viena con la selección el pasado verano sino que fue proclamado el mejor jugador del torneo.

Xavi, con todo, mantiene los pies en el suelo. El sábado, después de que decenas de miles de personas corearan su nombre y de asistir a una ola de las tres graderías a la vez -no se veía en mucho tiempo en el Camp Nou-, afirmó: "El nivel todavía no es perfecto. Se pueden corregir muchas cosas". "Pero la dinámica es buena", apostilló. Por lo pronto, suena como candidato al Balón de Oro.