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Cosa de dos
Columna
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Limosna

El futuro no es lo que era. No lo fue nunca. Cuando Orwell ideó 1984 creía que ese año estaba en el futuro; vivía en él. Y en 2001 Kubrick creyó ver lo que nunca ocurriría, y ese futuro ya estaba cuando estrenó la película. ¿Imaginabas que Estados Unidos se iba a arruinar? La ciencia-ficción no era capaz de preverlo, aunque hubiera la experiencia de 1929. Aquella película, Can you spare a dime? (¿me das una limosna?), está hecha sobre aquel drama, pero adivinaba éste. Y si ustedes ven esa maravilla (Glengarry Glen Ross) de Al Pacino y Jack Lemmon, sobre la crisis inmobiliaria de 1993 (se ve en las cadenas digitales), terminarán pensando que se rodó ayer mismo.

Este mediodía he visto un trozo de las noticias de todas las cadenas, y en todas aparecía esa mano suspendida de Bush, firmando un plan que ya es pasado. Wall Street no se lo cree, y se hizo para levantarlo de la ruina. Y al lado de ese dedo de Bush (que ya es un dedo roto), detritus: los detritus de la ETA, de la kaleborroka, la prostitución infantil en Almendralejo... La única señal de alegría era la del cura de Villarreal, oyendo en la iglesia el himno de su equipo.

Así que el futuro está siendo. Tiene razón Álex de la Iglesia (Plutón Brb Nero, La 2, los miércoles), que ha hecho ciencia-ficción contando la mierda que será el mundo en el futuro, y se basa en todos los desastres de hoy. Para hacerlo utiliza el único material, el más antiguo: el cachondeo, e incrusta su apuesta (que no sé por qué no tiene más éxito, acaso porque asusta) en la tradición surrealista de Dalí y de Ramón. A veces me recuerda esa irreverencia del director de El día de la bestia a la de los Beatles en Qué noche la de aquel día, cuando tiraban por el váter de un tren a un señor que representaba la solemnidad británica.

De la Iglesia tira por el váter el futuro y resulta que está tirando el presente. Así que cuando veo el dedo suspendido de Bush sobre los cuatrocientos folios de su plan es como si estuviera viendo la mano de aquel niño en Can you spare a dime?, y me resulta raro imaginar al mundo dándole una limosna al presidente de Estados Unidos de América. Pero lo veremos. A ver qué dice Álex.

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