Larga y difícil espera para la Bolsa
La lentitud para poner en marcha el rescate desquicia a los inversores
Los inversores de todo el mundo se han pasado la semana "deshojando la margarita" de la aprobación, o no, del plan de rescate de activos financieros contaminados en Estados Unidos. La posibilidad, o no, de que fuera aprobado o nuevamente rechazado ha provocado fuertes altibajos en los mercados de valores, aunque al final de la semana la situación era de equilibrio.
El Ibex 35 consigue terminar este ciclo de sesiones con un avance del 0,27% y en 11.418,50 puntos, un nivel que, en cualquier otra circunstancia, sería un signo de estabilidad al mantenerse este índice dentro de los márgenes de la banda de fluctuación.
El comportamiento de los mercados de valores ha sido muy similar, al considerar inversores y analistas que la resolución del problema del sector financiero estadounidense es un primer paso necesario para encarar el resto de los problemas, sobre todo el de la posible entrada de aquella economía en recesión.
Aunque los problemas de fondo no sean completamente equiparables en Europa y Estados Unidos, el amplísimo intercambio de productos financieros entre ambos sistemas obliga a los mercados a actuar como vasos comunicantes. El mejor ejemplo puede ser el del sistema bancario español, puesto como ejemplo a seguir por cuanto aporta de solidez y seguridad, pero que no ha conseguido salvar a los valores bancarios de los constantes vaivenes ambientales. En la sesión de cierre, y con grandes expectativas de acuerdo para aprobar el plan de rescate, los bancos españoles se anotaron subidas de más del 7%, pero tampoco esto era demasiado diferente del resto de Europa.
Las sesiones centrales de la semana fueron las que sufrieron las mayores presiones, al darse por perdido el plan de rescate y llegar algunos malos datos económicos que sirvieron para recordar que la posibilidad de una recesión también era un tema pendiente. La actividad industrial de Estados Unidos cayó 6,4 puntos en septiembre, hasta 43,5 puntos y los pedidos a fábrica bajaron el 4% en agosto, al tiempo que las peticiones de desempleo crecían semanalmente y auguraban un mal dato de empleo para septiembre. La pérdida de 159.000 empleos durante ese mes pasó, sin embargo, completamente desapercibida para los mercados, al coincidir con la nueva votación del plan de rescate en la que los inversores tenían puestas todas las esperanzas. Si las ayudas se ponen en marcha con rapidez, es posible que la recesión sea corta en Estados Unidos y que en Europa, como afirmaba el FMI, no llegue a producirse.
Para los inversores, parte de las respuestas llegarán a partir de esta semana, en la que se inician las publicaciones de resultados del tercer trimestre. La "radiografía" empresarial dirá con bastante fidelidad en qué fase de la crisis se encuentra la economía. -
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