Pulpo 'a feira' de todo corazón
Detrás del parque de Rosalía de Castro, casetas donde las 'pulpeiras' sirven deliciosas raciones. Paseo por la muralla, dulces en la calle del Doctor Castro y, desde hoy, las fiestas de San Froilán
Lugo, fundada en el año 15 antes de Cristo y bautizada como Lucus Augusti, encierra muchas sorpresas dentro y fuera de su muralla romana, declarada patrimonio mundial en 2000. Y en vista de que sus fiestas patronales de San Froilán arrancan hoy (del 4 al 12 de octubre; www.sanfroilan.lugo.es; oficina de turismo 982 23 13 61), ésta es nuestra propuesta para 24 horas de paseo por su historia y su ambiente hedonista. Y para empezar, un suculento dato: hasta finales de mes, están instaladas detrás del parque de Rosalía de Castro varias casetas para la degustación de pulpo a feira, con pulpeiras y pulpeiros expertos en este arte gastronómico (6,80 euros la ración).
9.30
Nada como desayunar en la pastelería Madarro - A (Raíña, 13), que abrió sus puertas en 1895 y conserva en el techo las pinturas que la decoraban entonces. Hay que probar los bollos de leche o cualquiera de las especialidades de crema. Después, tras cruzar la Praza Maior y dejar atrás la hermosa fachada barroca del Ayuntamiento, se accede a la rúa da Cruz, y luego a la Praza do Campo, donde visitaremos el Centro de Interpretación de la Muralla - B. Allí, mediante un interesante material audiovisual, podremos hacernos idea de la importancia de este monumento erigido en el siglo III. La muralla tiene más de dos kilómetros de perímetro perfectamente conservados, y es posible pasear por su adarve. Después, bajando por la calle de Bispo Basulto se llegará a la catedral - C, de origen románico. No hay que perderse la sillería del coro, la capilla de la Virgen de los Ojos Grandes -auténtica joya del barroco gallego-, el retablo obra de Cornielles de Holanda, el claustro y el museo diocesano.
Bollos de leche
El Balneario de Lugo (4)
12.30
(Barrio del Puente s/n. www.balneariodelugo.com; 982 22 12 28), se situa a unos dos kilómetros del centro. Cuando fundaron la ciudad, los romanos descubrieron junto al río un manantial de ardientes aguas sulfurosas y aprovecharon para construir unas termas, parte de cuyas salas están conservadas en el edificio del nuevo balneario (que también es un hotel) y pueden visitarse libremente. Además de tratamientos médicos, el establecimiento ofrece programas de belleza y relax de una hora de duración. Los que no quieran participar de las bondades de las aguas que bañaban a las legiones de Julio César pueden dar un paseo por el largo parque fluvial
Un relajante baño
(5)que se ha construido a orillas del río, entre árboles frondosos. Las vistas del puente romano sobre las tranquilas aguas del Miño son preciosas.
14.30
A las 14.30, almuerzo en O Muíño (Carretera N-VI, km. 500. 982 23 05 50). Situado a cien metros del balneario, este antiguo molino se convirtió en restaurante hace algunos años y sirve todo tipo de especialidades de la tierra. Para la sobremesa conviene volver al centro de la ciudad para tomar un café en las terrazas de la plaza Mayor
Almuerzo en un antiguo molino
(6)(siempre que el tiempo acompañe), con vistas al templete de la alameda. Desde allí, llegaremos a la calle del Doctor Castro, también llamada de las Dulcerías por sus establecimientos confiteros. Los golosos deben probar los merengues de Santos, en el número 2. En el 20 de la vía está la Casa de los Mosaicos (7), que guarda una colección de los siglos I y II explicada por un espléndido material multimedia.
18.30
Por el adarve
Ponemos rumbo a la cercana plaza de la Soledad para visitar el Museo Provincial (8)(Praza da Soidade s/n. www.museolugo.org; 982 24 21 12. De lunes a viernes, de 10.30 a 14.00 y de 16.30 a 20.30. Sábados, hasta las 20.00. Domingos y festivos, de 11.00 a 14.00. Entrada gratuita), situado en el antiguo convento de San Francisco. Aquí no hay que perderse la colección de vestigios celtas -en especial, los collares de oro macizo llamados torques- y el claustro conventual. Al salir, podemos hacer una parada en la iglesia de San Pedro
(9) y luego cruzar la plaza de Santo Domingo, bajar la rúa do Teatro y subir a la muralla por la llamada Puerta de la Estación
(10). Desde aquí, se puede elegir un recorrido más corto (haciendo el camino de la derecha) o uno un poco más largo para pasear por el adarve y ver la ciudad vieja desde sus imponente muros de 10 metros de altura y 6 de anchura. Andando llegaremos hasta la Puerta de Santiago (11) y a la soberbia fachada de la catedral.
21.00
Llega el momento de tomar los vinos en una ciudad famosa por sus tapas. Con cada consumición (tanto la caña como la copa de vino cuestan en torno a 1,30 euros), los hosteleros ofrecen gratis una tapa fría -que pasan en una bandeja- y otra de cocina, cuya oferta se canta frente al cliente. Cada local tiene su especialidad; en A tasca (rúa da Cruz, 3) hay que elegir el pincho moruno, y en el vecino bar Anda, los callos o el marmitako. En la taberna Daniel (Bispo Basulto, 6), la tapa estrella es un huevo frito. En la Praza do Campo, O Pote ofrece lengua estofada, y el Tosar, hígado encebollado y caldo gallego. Muy cerca, en la rúa Nova, A Nosa Terra sirve oreja, lacón y raxo (carne de cerdo adobada); Ave, César, albóndigas; el Berna, calamares guisados, y el Mesón da Rúa, pimientos de Padrón. Si se antoja algo más contundente, en la misma zona hay tres excelentes restaurantes; Mesón de Alberto (982 22 83 10) y Verruga (982 22 95 72), en la rúa da Cruz, y Campos (982 22 97 43), en la rúa Nova.
Tapas y vinos
La noche en Lugo empieza tarde y termina entrada el alba. La ruta de copas comienza pasadas las doce de la noche. Un buen sitio para partir es Doce Badaladas, en la Praza do Campo, para ir después a Medievo, en la rúa do Miño, o a Ianus, un local con sabor celta situado en la travesía do Miño. De ahí se pasa a la cercana zona de la catedral, donde hay varios pubs con música y buen ambiente. Es recomendable el Buda (Praza da Catedral), y el No (calle de los Clérigos), cuya pared de cristal ofrece unas espectaculares vistas de la muralla. Los noctámbulos pueden rematar la noche en Velvet (12), en Doctor Fleming, 1, y desde las seis de la mañana desayunar en la cafetería Prados
24.00
- M, en el número 103 de la rúa San Roque, donde sirven desde chocolate con churros hasta unos contundentes huevos fritos con chorizo.
Noche, copas y churros
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