Danny y Arshavin, la cara y la cruz

Dick Advocaat piensa que Danny Alves Gomes es el mejor centrocampista de la Liga rusa. En respuesta a la solicitud de su entrenador, Aleksander Diukov, el presidente del Zenit, pagó por Danny 30 millones de euros hace dos meses. La cifra no tiene precedentes en Rusia. Las recaudaciones del club no alcanzan ni para pagar la mitad. Pero no es la venta de entradas lo que ha convertido al equipo de San Petesburgo en el primero no moscovita en ganar la Liga y aspirar a convertirse en una potencia europea. Es el gas. Es propiedad de la compañía gasística estatal Gazprom. La firma no está mal conectada. Su penúltimo presidente fue Dmitri Medvédev, actual presidente de Rusia.

"El fútbol ruso se puede resumir en un duelo de petroleros, empresarios metalúrgicos y otros magnates de la energía", explica un empresario. En este cruce de exhibiciones de poder, el Zenit cuenta con el respaldo del Gobierno central. Algunos dicen que hasta del propio Vladimir Putin. Desde que Gazprom se hizo con el control del club, en 2005, la inversión en el equipo ha ascendido a 365 millones de euros. La conquista de la Copa de la UEFA, en mayo, fue la culminación de una explosión inesperada. Un surgimiento contracultural en Rusia, donde el fútbol concentraba sus grandes escenarios en Moscú.

Danny es el primer extranjero importante que ficha el Zenit. Nacido en Caracas, hijo de emigrantes lusos, llegó a Portugal con 15 años. Empezó en la cantera del Marítimo de Madeira. Allí coincidió con Pepe, el central del Madrid. "Es un media punta muy habilidoso", decía ayer éste; "con más desborde que gol. Le falta mejorar su disparo. Lo conozco bien porque convivimos tres años. Tiene 25, igual que yo. Él se fue al Sporting y yo al Oporto. Y en 2005 fichó por el Dinamo de Moscú".

Miguel Ángel Portugal es el experto en rastrear el mercado internacional para el Madrid. Ayer comentó algo que le llama la atención de Danny: "Cuando era un juvenil, era el típico chupón". No parecía que crecería tanto futbolísticamente. Sin embargo, ha mejorado muchísimo. Esto no es extraño. Lo raro es que lo haya hecho en la Liga rusa, donde normalmente los jóvenes no evolucionan. Ahora es desequilibrante".

El apogeo de Danny le sirve al Zenit para sostener un poco el nivel. Advocaat ha visto cómo su equipo se descolgaba en el campeonato local hasta perder el rastro del liderato. Ahora concentra su energía en la Champions y procura recuperar a Arshavin. El media punta de la selección de Rusia fue una de las figuras de la Eurocopa. Sin embargo, tras la derrota ante España y al comprobar que su club no le traspasaba, se abandonó. Mientras el Zenit rechazaba la oferta de 20 millones que le hacía el Tottenham, su futbolista de mayor talento, antes un prodigio de técnica en velocidad y goleador, se iba convirtiendo en un tonel. Desde hace un mes trabaja para recuperar la forma en la misma medida en que se resigna a permanecer en San Petesburgo.

"Arshavin y yo jugamos por detrás de un único punta, Pogrebnyak", explica Danny; "a Advocaat le gusta acumular mucha gente en el medio campo y llegar con muchas opciones arriba. No sólo con los medias punta, sino con los tres volantes".

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