Raúl juega por sus galones

Lo decía Gabi Heinze el miércoles, después del partido contra el BATE: "El fútbol no es matemática". De serlo, el entrenador, Bernd Schuster, vería solucionado su mayor problema en un plis-plas. Y no tendría porque dar demasiadas explicaciones o comerse el coco más de la cuenta. El mayor problema del técnico del Madrid es el estado de forma y el rendimiento de Raúl, que vive una preocupante sequía goleadora desde hace meses. Marcó su último gol el 7 de mayo en el Bernabéu contra el Barça. Luego, se apagó la luz. Vio el triunfo de España en la Eurocopa sentado en el sofá de su casa, empezó la pretemporada sin estridencias, experimentó las primeras sustituciones y suplencias, sufrió un problema en el tendón de Aquiles y lo sometieron a un plan específico de trabajo para recuperarlo físicamente. En el partido de Supercopa contra el Valencia se le veía sudar casi sin correr.

"Es cierto: tiene un 'bonus' por lo que ha hecho y lo que ha sido", dice el técnico

Higuaín será sacrificado en la banda como contra el Deportivo

En el Madrid todos asumen que hay "un problema con Raúl". Schuster cree que todavía no ha superado el trauma de su ausencia de la selección y Casillas está convencido de que el problema viene del propio capitán y de su forma de ser. "Está tan acostumbrado a rendir para nueve que si está en un ocho y medio parece que no está en forma", dijo.

Lástima para Schuster que el fútbol no sea matemática porque si no el razonamiento y la solución al problema serían así de fácil: juega el que esté más en forma. Ahora mismo, ése es Gonzalo Higuaín. Pero, el técnico no se atreve a sentar otra vez en el banquillo a Raúl. Sabe que los delanteros viven de sus goles, que de ellos dependen y por eso ha decidido que el sitio ideal del siete es en el campo al lado de Van Nistelrooy. "La cuestión no es donde recuperará la confianza, sino cuándo. Y la mejor medicina para eso es que siga jugando", comentó ayer. Higuaín no tuvo el mismo trato el año pasado cuando tardó meses en desbloquearse delante de la portería. Con él no insistieron demasiado. "Le falta lucidez", comentaban los técnicos. La mejor medicina que encontró Schuster para Higuaín fue sentarle en el banquillo. Ante las dudas, el técnico mira los galones.

El caso es que Higuaín es un recién llegado y Raúl una institución en Chamartín. Una de esas instituciones con las que ni siquiera Schuster se ha atrevido. O mejor dicho, sí se ha atrevido (contra el Numancia) pero ya no considera oportuno repetir. Por si acaso. Porque Raúl es el capitán, el hombre al que todos, desde el presidente Calderón, piden consejos. De allí que el técnico hable del siete utilizando términos como "historia y bonus". Términos más propios de un jugador retirado que de uno en activo. "Es cierto que tiene un bonus por todo lo que ha hecho y lo que ha sido en este club. A la hora de tomar las decisiones hay que reconocer su historia y respetarla", explicó el alemán.

Es una forma como otra de justificar su presencia en el once. Aun así, quizás para demostrar que nadie tiene un trato especial o privilegiado o quizás para maquillar que hay alguien que en realidad sí lo tiene, Schuster no quiere prescindir de Higuaín. El ex de River será sacrificado en la banda como en el primer partido de Liga contra el Deportivo. Es una posición en la que él, un delantero centro clásico, no se encuentra cómodo. Pero, es la única solución posible. La más diplomática. La que ahorra problemas.

"Este año lo veremos mucho en esa posición, hemos estudiado la posibilidad de que juegue escorado en la banda", comentaban en el cuerpo técnico a principios de agosto. Sonaba a condena.