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Reportaje:

La redención de Maniche

El medio portugués, al que el Atlético no pudo vender en verano por su elevada ficha, pasa de descartado a fijo en los planes de Aguirre

José Marcos

"Las vueltas que da la vida, ¿verdad?". Maniche, el centrocampista portugués del Atlético, ya no está "enfadado", "triste" ni "amargado". El medio lisboeta ha pasado en menos que canta un gallo de apestado a fijo en los planes de Javier Aguirre. Si hace un mes el club le buscaba sin esconderse una salida, ya fuera en el Olimpiakos o en otro equipo de segundo nivel, la situación de O Motor ha cambiado radicalmente en las últimas semanas. "Nos da una tremenda satisfacción dejar de buscar en el mercado a un futbolista que ya teníamos, pero del que no disfrutábamos. Ahora le volvemos a tener a nuestro lado", afirma Jesús García Pitarch, director técnico del conjunto rojiblanco, que esta noche recibe al Recreativo (20.00, PPV). La realidad no es tan de color de rosa.

Ningún club estaba dispuesto a pagar su ficha anual de 2,4 millones de euros
"Hay veces que tiene que pasar un tiempo para aprender de los errores", dice Pitarch
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"Maniche es muy bueno, eso nadie lo discute, pero lo cierto es que, si continúa con nosotros, es porque nadie estaba dispuesto a pagarle su nómina anual de 2,4 millones de euros limpios", reconocen en el Vicente Calderón. "Hasta el 31 de agosto está abierto el mercado de fichajes y si se queda no habrá problema, pero si hay una buena oferta el club y yo tomaremos una decisión al respecto. Tiraremos con lo que tengamos", decía Aguirre conciliador a mediados de agosto. La falta de liquidez del club, pendiente de la operación urbanística que le obligará a mudarse a La Peineta, y que el pasado martes se embolsó 600.000 euros en Eindhoven -"nos vienen de perlas", asentían los directivos consultados- hizo el resto. "Digamos que tanto Maniche como la entidad se han adaptado a las circunstancias y sacarán el mayor provecho de la realidad. Los intereses son comunes", zanja un mandatario.

El Atlético cerró tras el Mundial de Alemania de 2006 el fichaje de Maniche, al que el Chelsea tenía cedido en el Dínamo de Moscú, por tres temporadas. Los nueve millones de euros que costó parecieron entonces "una ganga" en los despachos del Manzanares. Había truco: el fuerte carácter del futbolista, tan capacitado para mover la pelota con un cartabón como para remover los cimientos del vestuario. "El problema que tuvo Aguirre con él fue que no supo echarle las riendas de la manera apropiada", justifican desde Gestifute, la agencia de representantes que lleva los asuntos de Maniche. "Así como la personalidad de los empleados de una empresa no es la misma, y por lo tanto no responden de la misma forma a los estímulos, tampoco puedes tratar igual a los 23 futbolistas de una plantilla. Y claro, pasó lo que pasó", añaden desde el entorno del organizador del Atlético.

Pasó que hace casi un año, tras un partido de Copa entre el Atlético y el Granada 74, el centrocampista cuestionó la autoridad de Aguirre delante de todos sus compañeros de vestuario. El preparador creía que el jugador se había borrado para no viajar a Motril. El resto ya es cosa sabida:

-"¿Y tú que has ganado?", le espetó Maniche al técnico mexicano.

-"¿Y tú quién eres para decirme eso a mí?", le replicó Aguirre, que no podía comparar su historial deportivo, vacío, con el del portugués (dos Ligas lusas, la Premier de 2006 con el Chelsea, una Champions y una Copa de la UEFA con el Oporto...). "El entrenador no tuvo más remedio que reclamar su venta o cesión en el mercado de invierno. Le había ninguneado delante de rebeldes potenciales como Reyes", continúa un alto cargo de la entidad.

Condenado por su indisciplina, Maniche y Jorge Mendes, su representante, se pusieron manos a la obra. Mendes apuró todos sus contactos hasta que el Inter accedió a su cesión e incluso se aseguró una opción de compra por seis millones. La escuadra neroazzurra se contuvo y el jugador regresó a Madrid. "Se le notaba cambiado. Sabía que debía mejorar su rendimiento y cambiar de actitud y lo hizo", cuentan en el cuerpo técnico. Maniche dejó atrás su pasado turbulento, el que le convirtió -sigue en lo alto del ránking- en el futbolista con más multas y sanciones internas de la historia del Atlético. "La decisión que tomamos con Maniche fue antideportiva, pero era necesaria. Hay veces que tiene que pasar un tiempo para que todos aprendamos de los errores", dice García Pitarch.

Los ánimos son tan positivos y tan relajados en la institución que hasta Aguirre, que no podrá contar con Heitinga por una inflamación en una rodilla, se permite alguna broma con el jugador que le desacreditó: "En el mediocampo estarán Raúl García y Assunção... ¡No, es broma! ¡Estará Maniche!".

Maniche, durante un partido del Atlético en el Calderón.
Maniche, durante un partido del Atlético en el Calderón.LUIS SEVILLANO

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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