Partido sencillo, esforzada victoria
La falta de puntería y un fallo defensivo complican el triunfo del Barça sobre el Sporting
Juega el Barça dos partidos en uno cada jornada. Libra uno con el adversario -ayer no sólo fue muy superior al Sporting, sino que le ganó- y el otro contra sí mismo, igualmente resuelto a su favor después de un largo contencioso. Ocurrió más o menos la misma historia que el sábado contra el Racing. La diferencia es que anoche el resultado le dio la razón. La mayoría de sus encuentros se deciden para bien o para mal a balón parado, una suerte que para nada se corresponde con su generosa propuesta, muy superior anoche a la de los leones lisboetas, que, a diferencia de los equipos españoles, no supieron descifrar el juego azulgrana.
Ante una contienda aparentemente sencilla, el Barça necesitó un esfuerzo extra para expresar su superioridad porque se enreda en las cuestiones más simples. A veces parece que el mejor defensa de Messi es Messi por recrearse en exceso en la jugada. Eto'o funciona mejor como zaguero que como ariete. Y Henry, elegante en la carrera, no da con la portería. Al Barça le falta ser más selectivo y mayor pegada para avalar su juego de claqué, inspirado en un rondo que no necesariamente lleva al área. A un equipo tan coral y de buena pinta colectiva, le vendría bien un insolidario que sólo pensara en marcar goles.
BARCELONA 3 - SPORTING DE LISBOA 1
Barcelona: Valdés; Piqué, Márquez, Puyol (Sylvinho, m. 88); Alves, Xavi, Keita, Iniesta; Messi, Eto'o (Touré, m. 65) y Henry (Pedro, m. 74). No utilizados: Pinto; Cáceres, Gudjohnsen y Bojan.
Sporting: Rui Patricio; Abel, Polga, Tonel, Caneira (Pereirinha, m. 79); Rochemback, Romagnoli (Veloso, m. 64), Moutinho, Izmailov; Derlei y Yannick (H. Postiga, m. 61). No utilizados: Tiago; A. Silva, P. Silva y Tiuí.
Goles: 1-0. M. 21. Márquez cabecea cruzado y junto al palo un córner botado por Xavi. 2-0. M. 60. Eto'o transforma un penalti cometido por Abel. 2-1. M. 72. Tonel remata una falta lanzada por Veloso. 3-1. M. 87. Xavi, en velocidad y lanzándose con el pie estirado, aprovecha un centro de Iniesta.
Árbitro: Laurent Duhamel (Francia). Amonestó a Piqué y Rochemback.
58.354 espectadores en el Camp Nou.
Los barcelonistas quieren hacer las cosas tan bien que les salen mal
Les perdía el barroquismo y la incapacidad de Eto'o para ejercer de punta
La sensación es que los barcelonistas quieren hacer las cosas tan bien que a veces les salen mal, como si la virtud estuviera en la dificultad y no en la naturalidad. Puede parecer incluso que Guardiola les da demasiadas vueltas a las cosas y acaba por complicarse la vida con decisiones que escapan al sentido común, si es que en el fútbol existe la racionalidad. Ocurre que el entrenador comulga con Cruyff, se confiesa con Bielsa y su Biblia son los apuntes del rival, de manera que le encanta intervenir desde la alineación. Ayer ubicó a Puyol en la izquierda y a Piqué en la derecha como laterales, mientras Márquez cerraba como central y Alves quedaba liberado para crear superioridad numérica desde el medio campo. Muy cruyffista.
El Barça se garantizó una buena salida de balón y un excelente ritmo de partido por el despliegue de la segunda línea, al tiempo que cerraba la línea de pase que los medios del Sporting siempre buscan entre el lateral y el central contrarios para la carrera de Yannick. Guardiola quería ganar el partido también tácticamente, generar las mejores condiciones para la victoria, sin tener que aguardar la inspiración individual, decisión que va en el sentido contrario de cuantos conciben el fútbol como un juego más convencional y abogan por la espontaneidad.
Jugó y combinó bien el Barcelona, con Keita de medio centro poderoso mientras Iniesta y Xavi rompían como volantes y Messi y Henry se ganaban fáciles posiciones de remate desde los extremos. Los azulgrana se estiraron con determinación y se aseguraron la posesión rápida de la pelota por su buena presión sobre el Sporting, partido por la mitad, sostenido por la falta de puntería del Barça. A los azulgrana les cuesta demasiado acabar la jugada, como si sólo valieran los goles que se marcan desde el área pequeña y después de que hayan intervenido los 11 futbolistas.
Alcanzado el descanso, el Barça ganaba por un gol de córner de Márquez después de que la delantera hubiera desaprovechado al menos cuatro ocasiones tan bien trabajadas como mal resueltas. Les perdía el barroquismo ofensivo, la dificultad para armar el último pase y la incapacidad de Eto'o para ejercer de delantero centro, falto de velocidad, desconectado como ariete que tiene que poner el punto final a la jugada. Incluso después del gol azulgrana hubo un receso en el juego, espantados aún los jugadores por el tanto tomado ante el Racing, y el segundo tramo del encuentro resultó muy irregular.
Al Barça siempre le ha costado cerrar los partidos, y más después de esfuerzos generosos y trabajos colectivos notables, como ayer, en que jugó un buen rato con intensidad y velocidad. Ni siquiera le tranquilizó un segundo tanto marcado por Eto'o de penalti, porque al Sporting le alcanzó, como a cualquier otro adversario, con un córner para meterse de nuevo en el partido. El mal rato azulgrana se acabó con un gol de jugada diseñado por Iniesta y marcado por Xavi, el jugador del partido, una acción que debería ser de lo más natural en el Camp Nou y que, sin embargo, resulta extraordinaria. El tanto era tan esperado que, una vez alcanzado, se dio el partido por acabado para suerte del Barça, que ya marca el paso en su grupo de la Champions como le corresponde por su condición de cabeza de serie.
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