Espadachín Cazorla
Otra exhibición del medio asturiano lanza al Villarreal ante un mejorado Deportivo
Nada ha cambiado en el Villarreal. Su idilio con el balón, su compromiso con el juego de asociación y de mil combinaciones sigue presente. Elegante y efectivo a la vez, los que han llegado nuevos, Edmilson, Llorente y Altidore, vienen a sumar y aportar variedad a un equipo que se conoce de sobras. Y los que estaban, saben más que ayer. Y nadie ha aprendido con tanta celeridad en los últimos tiempos como Santi Cazorla, un fino espadachín ante toscos guerreros. Un gesto técnico del asturiano derrotó a un Deportivo con mejorada versión. Insuficiente para batir a un Villarreal al que tan sólo le faltó puntería en los metros últimos para no tener que sufrir cierta incertidumbre final.
Las ausencias de Nihat y Rossi obligan a Pellegrini a formar con una pareja de delanteros extraña para la filosofía del Villarreal. Válidos como referencia en ataque y poderosos rematadores, Llorente y Guille Franco, en ocasiones, fuerzan a los exquisitos centrocampistas a actuar contra su natural proceder. El juego de asociación, el desmarque de ruptura, la habilidad en perímetros reducidos, son las virtudes que mejor aprecian los finos jugadores de segunda línea. Ninguna de estas cualidades describe a Llorente y Guille Franco.
De una temporada a otra el Deportivo ha cambiado un rato. En la alineación, apenas novedades. En su proceder sí. Para bien. Sin perder el equilibrio y el compromiso en el esfuerzo, el conjunto gallego ha soltado lastre y su objetivo máximo va más allá de la básica permanencia. Y para ello necesita perder la timidez y apostar más en ataque.
Desde el comienzo, el esférico iba entretenido, de un costado a otro, con mayor frecuencia visitando el balcón de Aranzubia. Si el Villarreal resulta letal es porque tiene demasiados jugadores capaces de inventar de la nada. Y quien mejor improvisa es Cazorla, que a los 27 minutos adelantó a los suyos tras revolverse en la cercanía del área rival y disparar duro con su pierna izquierda. Cualquier perfil es bueno para el jugador asturiano, al que le ha venido bien, tanto como a Senna, el estímulo de la selección española y el título europeo, al igual que la posibilidad de recalar en el Madrid y el aumento de sueldo y estatus en el conjunto amarillo. Cazorla se siente importante y lo demuestra con su enorme ascendencia en el juego del Villarreal. La apuesta de Roig fue contundente. Y ayer, en su palco, separado de su homónimo coruñés, en una pionera iniciativa puesta en marcha por el club castellonense, Roig no tenía que disimular su felicidad.
Con la dinámica ganadora, Jozy Altidore, el delantero de 18 años norteamericano, hizo su debut en la Liga sustituyendo en el descanso a Guille Franco. Se acrecentó la expectación en El Madrigal por ver si la exótica apuesta del Villarreal surte efectiva. En su primera acción, Altidore demostró potencia, rapidez y habilidad para asistir a Cazorla, que no acertó a resolver. Ya se encontraba en el terreno de juego Valerón, al que Lotina dio cancha para ver si el Depor recuperaba sensaciones con el esférico, que perteneció por completo al Villarreal. Tan acaramelado y pletórico como acostumbra.
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