Cine en defensa de la libertad

Alcances celebra 40 años de citas con sus espectadores aunque la primera fue frustrada por las tijeras de la dictadura. En 1968 la edición que abría el que quería ser un festival de cine consolidado en la capital gaditana fue suspendida por la proyección de Hanoi, martes 13, un documental del cubano Santiago Álvarez. Según la censura, la película no tenía los permisos necesarios para emitirse en España. Esa prohibición obligó a deshacer toda la semana cultural que el escritor Fernando Quiñones había preparado. Anoche, cuatro décadas después, esa película pudo por fin proyectarse. La mejor manera, según los organizadores, de festejar un cumpleaños tan importante.

Hanoi, martes 13 discutía la actuación estadounidense en la guerra de Vietnam. Entonces se consideró un auténtico desafío proyectar una película contestataria a las decisiones de la Casa Blanca tan cerca de la base de Rota. "Entró la policía y obligó a desconvocar toda la semana cultural", recuerda el actual programador, Javier Miranda. La deuda histórica saldada anoche ha servido para abrir nueve días dedicados al séptimo arte en la que se conoce como Muestra Cinematográfica del Atlántico. Alcances, para los amigos. "Recuperar esta película es cerrar un círculo. Nunca se había proyectado en Cádiz", añade Miranda.

La muestra rinde homenaje al cineasta José Luis López-Linares

Alcances siempre ha tenido vocación de descubridor, carácter de divulgación. A lo largo de su historia ha evolucionado hasta centrarse ahora en el género documental. Quizá porque este festival siempre ha tratado de distinguirse desde la esencia del séptimo arte. "Es un cine más rico, más creativo y complejo. Juego con los límites entre la realidad y la ficción", explica el programador.

Un jurado oficial formado por el guionista Sergio Oskman, el cineasta Ángel Garcés, el fotógrafo Gonzalo Höhr, el productor Álvaro Pardo y el experto Carlos Losada elegirá las mejores películas ente siete largometrajes documentales, 10 unidades documentales y 16 cortos. Habrá presentaciones de trabajos andaluces como Donde no hay patrón..., de José Luis Tirado, una reflexión sobre el naufragio del pesquero Nuevo Pepita Aurora ocurrido hace un año.

Alcances dedicará este año un homenaje y una sección retrospectiva a José Luis López-Linares, director de fotografía de conocidos títulos como Fados, de Carlos Saura, Horas de luz, de Manolo Matji, El embrujo de Shanghai, de Fernando Trueba, o La Celestina, de Gerardo Vera. En esta edición se podrán ver las películas que él ha dirigido como A propósito de Buñuel, Asaltar los cielos, El primer siglo del Prado o Extranjeros de sí mismos. La clausura, el próximo 20 de septiembre, será su trabajo más reciente, El pollo, el pez y el cangrejo real. Es lo que él denomina un "thriller gastronómico", que muestra el esfuerzo de un campeón de cocina español para ganar un prestigioso premio que elegirá al mejor chef del mundo.

La muestra ofrecerá más oportunidades. En la sección Panorama Internacional se exhibirán cintas de Chile, Francia, México y Reino Unido. Habrá un espacio reservado para los documentales musicales y otro dedicado al flamenco. Habrá oportunidad de encontrarse con realizadores como la directora finlandesa Pirjo Honkasalo y el colombiano Luis Osipina, ambos distinguidos documentalistas. Y el programador Javier Miranda presentará su libro Crónicas alcanceras, un resumen de 40 años de festival. Sus páginas son el mejor resumen de la evolución de la muestra. Ahora centrada en el mundo documental; antes, en los inicios, fue un enorme tamiz por el que pasaban todas aquellas tendencias que en Cádiz apenas llegaban. Quiñones se rodeó de un amplio grupo de amigos para impulsarlo y mantenerlo.

La viuda del escritor gaditano, Nadia Consolani, recogió ayer en nombre del impulsor de Alcances una caracola como símbolo de la importancia de su trabajo. Una labor que ha dado sus frutos aunque las tijeras de la censura y las amenazas de las pistolas grises desmontaran en unos minutos la primera edición del festival hace 40 años.