La Junta amenaza con rechazar la financiación por la deuda histórica

El Gobierno andaluz tiene muy difícil presentarse ante los ciudadanos con un acuerdo sobre el sistema de financiación autonómica sin que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero se haya comprometido a pagar la deuda histórica. Por eso, el órdago del consejero de Economía, José Antonio Griñán, ayer en el Parlamento no pudo ser más claro: o se fija una cifra antes del día 20 de este mes (límite que establece el Estatuto de Autonomía), o Andalucía no apoyará el sistema de financiación autonómica.

Aunque Griñán no lo dijo de forma tan tajante -echó mano de una retórica más suave-, fuentes del gabinete de Manuel Chaves confirmaron que la intención es lanzar un avisó al ministro de Economía, Pedro Solbes, respecto a que el contencioso de la deuda histórica no puede ser aplazado otra vez, aún más cuando los plazos se recogen en el Estatuto de Autonomía. El también vicepresidente segundo desveló en el pleno uno de los secretos mejor guardados hasta ahora: la horquilla para la negociación, que está entre 1.148 millones de euros (lo que aprobó la Cámara) y 1.742 millones.

El vicesecretario general del PSOE andaluz, Luis Pizarro, sugirió también que Andalucía se va a plantar en la financiación si no hay respuesta en la deuda. Su argumento fue que una sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sitúa la Disposición Adicional Segunda del Estatuto (la deuda histórica) en el marco de la financiación, y en estos momentos hay un tema pendiente en la materia: el nuevo modelo.

En su primera intervención, ya Griñán advirtió de que el pacto de la deuda debía ser, en todo caso, previo al de financiación. Y en la réplica a la oposición, aludió a la doctrina del TC: "Si es financiación, entra en ese debate del sistema de financiación, y la voluntad de la Junta se expresará en la medida en que entre todo".

El proceso de negociación con el Gobierno central está abierto desde el pasado 28 de diciembre de 2007, cuando la Junta envió un informe con la valoración de la deuda y la metodología para su cálculo. "No sería, en ningún caso, inferior a los 1.148 millones que se cuantificó en el Parlamento andaluz, y la horquilla con los cálculos ofrecidos al Gobierno central podría llegar a 1.742 millones".

Respecto a la financiación, Griñán habló de la coincidencia del Gobierno andaluz con el central en el diseño del nuevo modelo de financiación. Y resaltó la transparencia de la negociación entre el Ejecutivo de Zapatero y las comunidades, a diferencia de lo que ocurrió en la etapa de José María Aznar.

La oposición, por su parte, se limitó a pedir más dinero en la deuda histórica y acusar al Gobierno andaluz de mostrarse débil y servil ante el Gobierno de Rodríguez Zapatero. IU y PP cifraron la cuantía en 7.500 y 3.500 millones de euros, respectivamente, aunque ninguno de los portavoces de estos partidos realizó explicación alguna de sus cálculos.

Pedro Vaquero (IU) calificó la cifra fijada por Griñán como "mini deuda histórica" y "una traición para Andalucía", mientras que Antonio Sanz dijo que la postura del Gobierno andaluz es "la de no crearle problemas a Zapatero". El popular acusó a la Junta de esperar al límite de fechas que marca el Estatuto para negociar la cuantía de la deuda, y de "falta de ambición para garantizar una posición digna de Andalucía".

Respecto a la negociación del modelo de financiación autonómica, Sanz acusó a Griñán de dar "un cheque en blanco a Solbes", sin conocer "el qué, el cuánto y el cuándo" de la financiación. Por último, pidió al consejero andaluz que se comprometiera a no subir o crear más impuestos autonómico en virtud de la nueva financiación, a lo que Griñán contestó: "No puedo comprometerme porque dependerá de si gobiernan ustedes; entonces subirán 18 veces".