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Reportaje:TALENTOS QUE ARRIESGAN | Carreras & Capital humano

Publicidad con fibra óptica

Metalplast coloca sus rótulos por todo el mundo

El mercado inmobiliario se derrumba; los gurús de la economía mundial no aciertan a adivinar cómo y cuándo los números rojos volverán a ser negros; el dinero que antes se gastaba ahora no. En esta coyuntura, muy pocos serían los que se atreverían a invertir en el mercado de la publicidad. Tan pocos, que la propuesta de Metalplast, una empresa creada en 1995 y cuya sede está en el polígono coruñés de Pocomaco, difícilmente pasa inadvertida. Fundada y dirigida por Carlos Fernández España, esta compañía diseña y explota soportes publicitarios de fibra óptica. Con ellos ha penetrado, incluso, en el mercado norteamericano, con proyecciones de fibra óptica para, por ejemplo, Coca-Cola, McDonald's o Dunkin'Donuts.

Ingeniero y empleado en Perkin Elmer Corporation, una de las compañías que trabajaron en la construcción del telescopio espacial Hubble, Carlos decidió dejar la comodidad de un trabajo seguro y bien remunerado ("pero que no me motivaba, pues necesito admirar a la persona que, laboralmente, tengo por encima de mí") para fundar una empresa dedicada a la aplicación de fibra óptica de iluminación en rotulación y señalización. Huérfano a los 18 años y apasionado de los retos, este emprendedor dice no haber sentido nunca miedo; "eso me ha ayudado en las etapas en las que he innovado, en las que siempre he tenido presente que algo podía ir mal", y así es como puso en marcha Metalplast, que nació vendiendo grifos de cerveza para Estrella Galicia.

"Enseguida asumimos que teníamos que desarrollar patentes propias que nos diferenciasen de la competencia", asegura. Creciendo a un ritmo del 50% anual durante 10 años, Galicia se quedó pequeña. Metalplast se planteó saltar a Madrid y es entonces cuando Spinlight y sus prestaciones entraron en el catálogo de productos de la compañía y todo se precipitó. "Desde el principio vimos que el Spinlight, que acabó siendo una empresa dentro de Metalplast, contaba con unas características que no tenían otros productos de la competencia: tecnología digital, visionado desde un ángulo de 360o". Y, al poco tiempo, el dispositivo luminoso se extendió aquí y allá: 1.000 estaciones de servicio de Repsol; más de 800 puntos de venta Altadis; muchos de los establecimientos en los que están presentes productos de las marcas Mahou, Secure Wrap Europe, Schweppes, Lays, Heineken, Seur, Larios, Pernod Ricard y en los que también se instalan estos soportes, unos ingenios que consiguen un 41% de grado de recuerdo en la memoria del consumidor, frente "al 9% que consiguen los medios convencionales".

Para un empresario que no siente como tal, "me veo como alguien con una motivación especial para conseguir algo, como un emprendedor", recorrer el mundo dando a conocer los parabienes de lo que tiene por un hijo más, no puede dejar de ser una motivación que engancha. Y ese planteamiento llevó a Carlos Fernández España hasta Estados Unidos, "entrar en EE UU era expandirse por el mundo, así que nos presentamos en la Feria Mundial de Lotería de Kentucky y en la Feria de Cadenas de Tiendas de Atlanta". Fue el comienzo de una expansión que ha llevado a Metalplast (y, en consecuencia, a Spinlight) a replantearse su propio techo de mercado. "Un pequeño despacho de apuestas de EE UU factura más de 5.000 dólares al día. En Asia existen 126.000 puntos de venta de lotería, unas dimensiones que son una verdadera burrada".

El ingeniero Carlos Fernández España ha fundado la firma publicitaria Metalplast.
El ingeniero Carlos Fernández España ha fundado la firma publicitaria Metalplast.

Objetivos

- Consolidar la firma en los mercados en que está presente. En Estados Unidos la tarea es aliarse con un socio conocedor del mercado. En México instalar el cuartel general para Latinoamérica. Y en Singapur, la base para penetrar en Japón o China.

Perfil

- Carlos Fernández España, licenciado por la escuela de Ingeniería Industrial Politécnica de Madrid, es presidente y fundador de Metalplast. Y tiene claro que, sin marca que vender, lo único que tiene es su trabajo. Si se pierde -"a veces lo necesito"- hay que buscarle por la playa de Ares, de A Coruña.

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