La metamorfosis de Hamilton
El británico, que saldrá el primero en Spa, ya no quiere probar que es el mejor, sino ganar
"No sé si se dan cuenta, pero yo me siento mucho más fuerte que el año pasado", lanzó Lewis Hamilton a la prensa británica una semana antes de llegar al circuito de Spa-Francorchamps. La metamorfosis del primer piloto de McLaren Mercedes y líder del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 se hizo patente hace dos semanas en el circuito de Valencia, donde fue capaz de mantener los nervios y la pasión bajo control y conformarse con la segunda plaza tras comprobar que el Ferrari de Felipe Massa era inalcanzable. Ayer, en un trazado tan mítico como el del Gran Premio de Bélgica, Hamilton se sentía orgulloso por haber logrado la pole position, por delante de Massa, Heikki Kovalainen, Kimi Raikkonen, Nick Heidfeld y Fernando Alonso. Sin embargo, se mantuvo sereno pensando sólo en la carrera de hoy.
"Sí, creo que Valencia fue un buen ejemplo de mi cambio de mentalidad", comentó en el diario The Times; "de ser 2007, habría exigido el máximo a mi coche para intentar presionar a Massa con un evidente peligro de rotura y de perder los ocho puntos de la segunda posición. Habría dejado que mi corazón mandara y, probablemente, habría salido perjudicado. Ahora creo que es mejor ser inteligente y coger los puntos. Este tipo de cosas no volverán a ocurrirme".
Los recuerdos de Hamilton, de 23 años, son todavía demasiado recientes y dolorosos para haberlos olvidado. A estas mismas alturas del año pasado, era el líder con 16 puntos de ventaja sobre el finlandés Raikkonen, que acabó siendo el campeón. Pero en las dos últimas citas varios errores provocados por su propia ansiedad y su exceso de agresividad le condenaron: en China se salió de la pista cuando entraba en los boxes a 80 kilómetros por hora y concluyó una carrera que estaba encabezando; en Brasil no pudo soportar que Alonso le superara en la salida y se enmarañó en una persecución estéril que causó problemas en su coche y le relegó a la séptima plaza, insuficiente para hacer valer la distancia de siete puntos que llevaba a Raikkonen.
"El año pasado, mi gran preocupación era demostrar a todo el mundo que no era medio segundo más lento que Fernando [Alonso, entonces su compañero de equipo] como algunos creían", agregó Hamilton; "si me hubieran puesto a Michael Schumacher como compañero, también habría querido demostrar que no era el número dos. Quería que se viese lo bueno que era. Pero esta temporada quiero hacer las cosas usando mi cerebro. Mi único objetivo es ganar el título mundial".
A falta de seis carreras para la conclusión, Hamilton lidera el campeonato con 70 puntos, seguido de Massa, con 64, y de Raikkonen, con 57. La pole position de ayer colocó al británico en una situación óptima para lograr su quinta victoria de la temporada y alejarse todavía más en la clasificación.
"Lewis es más fuerte que en 2007 y tiene más experiencia", aseguró Ron Dennis, patrón de McLaren, a EL PAÍS; "entonces, se trataba de su debut y tenía mucho que aprender, igual que les ocurrió a Alonso, Schumacher, Ayrton Senna y Alain Prost. Pero Lewis aprendió muy rápido y ahora es un piloto completo. Tiene una gran habilidad natural, una fuerte capacidad de trabajo y una enorme determinación para triunfar. Exactamente, la combinación que necesita un deportista fuera de serie para estar al más alto nivel".
En la recta final del Mundial, Hamilton no tendrá tampoco la constante presión a que le sometía Alonso. El español ya no lucha por los podios, sino por la sexta o la séptima plaza, con su R28, al que ayer sacó petróleo para ser sexto en la parrilla de salida. El británico lucha contra Massa y Raikkonen. Pero es mucho más maduro. "No quiero que pierda su pasión", concluye Dennis; "pero creo que ahora sabe canalizarla de forma excelente".
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