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Reportaje:DANZA

Danza rebobinada

Esta misma tarde en la ciudad francesa de Lyon se producirá un peculiar salto en el tiempo. Se va a repetir una experiencia que hace 25 años ocurrió en la misma urbe. El coreógrafo local Michel Hallet Eghayan va a reestrenar su pieza Retour en avant (vuelta hacia delante), la misma que hace un cuarto de siglo dejó inaugurada la primera Bienal de la Danza de Lyon, evento temático llamado a convertirse en una referencia de la danza internacional que cumple un cuarto de siglo y este año ha decidido dedicarse a reactivar la memoria de la danza, preguntarse cómo el pasado puede dar forma al futuro e intentar recuperar para las nuevas generaciones todo lo que sea rescatable de un pasado cercano y al unísono tan lejano y ajeno para nuevas generaciones de creadores y público.

"Me ha bastado con abrir el cajón de mis recuerdos. He revivido los momentos más intensos de estos 25 años", cuenta Darmet
Olga de Soto rendirá homenaje a Roland Petit. Será la representación española de la bienal, junto a Rafaela Carrasco

Y es que la danza del siglo XX ha sido efímera, escurridiza y fugaz. A diferencia de otras artes como el cine, la música, las artes plásticas y aun el teatro, que nos dejan textos y documentos, la danza se ha caracterizado por ser volátil. Mientras que la tradición, aceptación y masificación del ballet han procurado su permanencia, a la danza moderna, tan llena de experimentaciones, intentos, éxitos a largo plazo, fracasos e inventos, le ha ocurrido que se ha extraviado en el tiempo y también en la memoria. Parece insalvable pero a Guy Darmet, que ha sido el motor de la Bienal de la Danza de Lyon desde sus inicios, le ha bastado con revisar su propia memoria para armar la programación de este año, que desde hoy y hasta el próximo 30 de septiembre presentará 42 compañías procedentes de 19 países con 54 trabajos relacionados con la memoria, de los cuales 15 son estrenos mundiales y 6 son reconstrucciones de obras del pasado. "Son 25 años y para celebrarlo he querido echar un vistazo, sin nostalgia, a todo lo que ha ocurrido, a las obras que han pasado por aquí, a los encuentros perdidos y a la manera en que los artistas de hoy, casi sin ser conscientes, recurren al pasado. Con la programación nos haremos preguntas relacionadas con el repertorio contemporáneo, la transmisión y la recreación", afirma Darmet, director artístico de La Maison de la Danse, uno de los principales teatros de Lyon, y artífice de esta bienal que se ha convertido en el equivalente en danza al Festival de Cannes en cine.

En una primera lectura podría decirse que la recuperación de la memoria consiste simplemente en reponer obras del pasado. Sin embargo, es tema más vasto y complejo, con mayores e insospechadas implicaciones. La bienal, que este año ha tomado prestado el nombre de la pieza de Hallet Eghayan Retour en avant, traerá importantes reposiciones, como la de parades & changes, replays (1965), de la norteamericana Anna Halprin, todo un testimonio de los cambios radicales que propuso la danza posmoderna en los años sesenta con una obra que, a su vez, estaba basada en performances perdidas de los cuarenta, que versaban sobre el tema cotidiano de vestirse y desvestirse. En su momento fue prohibida, atacada y censurada y ahora reaparece fresca en los cuerpos y sensibilidad de seis jóvenes intérpretes con el reto de enfrentarse al público actual. La obra de Dominique Bagouet, coreógrafo francés muerto a causa del sida en 1992, a quien se debe la creación del Festival de Danza de Montpellier, corría el riesgo de perderse y, a fin de rescatarla, se creó una institución, la Asociación Carnets Bagouet, que se dedica a la transmisión fidedigna de su repertorio e invita a grandes agrupaciones a montarlas. En la bienal, el Ballet de Lorraine traerá la reconstrucción de su pieza de gran formato Les petites pièces de Berlin.

La reposición es una de las maneras de despertar la memoria dormida de la danza. Quizá la más obvia pero no la única. "A mí me ha bastado con abrir el cajón de mis recuerdos", opina Darmet. "He revivido los momentos más intensos de estos 25 años de bienal, he recuperado y reactivado encuentros perdidos, como una comida en la terraza de Anna Halprin, la posibilidad de retomar el solo Blue Lady, de Carolyn Carlson, mi amistad con José Montalvo y Dominique Hervieu o el momento en que traje A nos Heros, de Angelin Preljocaj". Y de estos momentos intensos surgió una verdadera diversificación del tema de la memoria y una propuesta de reinvención, que va más allá de la simple reposición. Blue Lady, por ejemplo, fue estrenado por la misma Carlson en la Bienal de 1983 pero ahora reaparece reinterpretado por el coreógrafo y bailarín finlandés Tero Saarinen, que no solamente aporta un transgresor cuerpo masculino a esta dama azul sino que otorga una sensibilidad y background distintos de los de su autora, en lo que constituirá un ejemplo notable de retransmisión y reinvención de repertorio. Preljocaj, uno de los más destacados creadores franceses del momento, lejos de reponer una de sus piezas antiguas, ha preferido reinventar Blancanieves, célebre cuento al que el ballet, no se sabe por qué razón, nunca le hincó el diente. Su versión de este relato del pasado promete ser monumental como los ballets románticos pero revivido desde una óptica actual, contando con el diseño de vestuario de Jean Paul Gaultier, al tiempo que la pareja Montalvo-Hervieu, coreógrafos dados al juego escénico y los trucos multimedia, tras trabajar en un montaje de la ópera Porgy & Bess, retoman las partituras proclives a la danza del compositor norteamericano en Gershwin, su estreno mundial.

Ubicada en otro ángulo de la creación, la coreógrafa Olga de Soto, que junto a la bailaora Rafaela Carrasco será la representación española de la bienal, ofrecerá una de las más singulares, originales y emotivas aproximaciones al pasado de la danza con su obra de 2004 histoire(s), un vídeo performance documental que recoge el producto de una investigación peculiar, en la que rastreó, a través de internet y poniendo un anuncio en el diario Le Figaro, a nueve de los espectadores que estuvieron en el estreno de El joven y la muerte, obra cimera de Roland Petit, estrenada en París en 1946. Los testimonios de estos espectadores, tergiversados por el tiempo y tamizados por los trucos de la memoria, son el eje central de este homenaje, suerte de reconstrucción moderna de un momento único: el estreno de un clásico del siglo XX.

Que la Bienal de Lyon haya conseguido armar una programación con 54 obras internacionales que, de manera directa o indirecta, hablan de la memoria extraviada de la danza contemporánea, es el reflejo de una preocupación del sector por reactivar su propio pasado, por renovar repertorios que corren el riesgo de perderse, obras que se hicieron probablemente en un momento del siglo XX en el que no había vídeos y que hoy todavía se pueden reconstruir gracias a participantes vivos de aquellas experiencias, sean creadores o sean ancianos espectadores como los de Olga de Soto.

En una escala menor y con un presupuesto infinitamente encogido, María González, directora artística del Mes de Danza de Sevilla, también se prepara a revisar el asunto en su evento, llamado este año, justamente, Efecto memoria. Será del 31 de octubre al 23 de noviembre en distintos espacios de la ciudad, incluidos, como es usual, monumentos emblemáticos. "Cuando empecé a hablar a los creadores de que el Mes de Danza estaría dedicado a la memoria les descolocó. Aquí la palabra repertorio sigue muy asociada a la danza clásica, pero yo creo que el mismo hecho de hablar de repertorio es darle legitimidad y es también una manera de provocar una reflexión", asegura.

No ha sido fácil, especialmente por el aspecto económico, pero su empeño por celebrar los 15 años del Mes de Danza con una revisión de la memoria traerá a la capital andaluza un puñado de interesantes propuestas alrededor del tema. "Me interesa trabajar la idea de repertorio bajo diferentes formas, enfoques como el del francés Hervés Diasnas que viene presentando su solo Nai ininterrumpidamente desde los años ochenta hasta trabajos como el de la compañía Mom de Barcelona, que ha retomado hoy la pieza de Iago Pericot Mozartnu, de 1986, confrontando a los bailarines originales con intérpretes jóvenes. Desde otra perspectiva, presentaremos una instalación de la artista polaca Katarzyna Kozyra, que ha reconstruido La consagración de la primavera, de Nijinsky, desde un formato muy contemporáneo. Estoy intentando también involucrar al Centro Andaluz de Danza para que con sus alumnos reconstruyan fragmentos de tres piezas fundamentales de creadores andaluces".

Al margen de iniciativas de festivales y bienales, los mismos creadores parecen ir tomando conciencia e intentan, de alguna manera, preservar sus trabajos y mantenerlos en activo. Sólo por citar algunos, el coreógrafo belga Wim Vandekeybus sigue representando su éxito Spiegel, una recopilación de los mejores momentos de las piezas que ha montado con su agrupación Última Vez, y ha editado su vídeo antológico Wim Vandekeybus: Dance & Short Fiction Films, mientras que Àngels Margarit, directora en Barcelona de su compañía Mudances, se prepara a celebrar los 25 años de su agrupación remontando obras clave de su repertorio en el Mercat de les Flors y otros espacios de Cataluña, en 2009.

Cuando Antonio Gades comenzó a sospechar su propia muerte, que se produjo en 2004, se apresuró a crear una fundación a la que cedió su legado y encomendó la misión de mantener vivo su repertorio, tal y como fue concebido. Hasta la fecha, esta asociación, en la línea de los Carnets Bagouet, ha conseguido poner en pie, con un éxito internacional indiscutible, varias de sus obras, incluidos los clásicos Carmen y Bodas de sangre, en lo que constituye un gesto sin precedentes en la breve historia de la danza nacional.

Pero, recuerda Guy Darmet, el rescate de las obras del pasado no es solamente una práctica destinada a desempolvar creaciones y erigirlas en escena como un museo sino que sirve para entender los orígenes del presente y aún más allá, prever el futuro. "Tendremos 15 estrenos mundiales en la bienal y todos se relacionan con el tema de la memoria porque casi ninguna creación del momento escapa a la práctica de utilizar el pasado para crear nuevas piezas e ideas. A su vez, las reconstrucciones que presentaremos no son simples repeticiones mecánicas sino reconstrucciones de otras épocas y otras danzas en cuerpos nuevos para lugares y sensibilidades diferentes. Allí radica, creo, el interés de hurgar en el pasado". -

XIII Bienal de la Danza de Lyon. Desde hoy hasta el 30 de septiembre. www.biennale-de-lyon.org Mes de Danza de Sevilla. Del 31 de octubre al 23 de noviembre. www.trans-forma.es

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