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Reportaje:

Historias de auditorios desiertos

18 de los 22 escenarios municipales al aire libre carecen de programación cultural

Jesús Sérvulo González

La palabra "reviéntalos" corona una esvástica roja bajo una señal negra de prohibido. Es una de las pintadas que decoran el escenario del auditorio al aire libre del parque Tierno Galván. Un escenario que hace tiempo que no se ilumina con los focos.

El único atisbo de actividad cultural en este auditorio es Manuel y su voracidad lectora. Este vecino del barrio de Méndez Álvaro está sentado en la última fila de la grada, la única que tiene sombra a mediodía. En sus manos, una voluminosa edición de El sueño milenario, de Antonio Cabanas. A su lado, un pequeño perro, que atiende al nombre de Jara. "Antes había conciertos. Recuerdo a Duncan Dhu, pero de eso hace ya muchos años", dice. Manuel asegura que entre los vecinos se comenta el abandono del auditorio. "Podía haber teatro alternativo", señala mientras observa a Jara corretear por las gradas.

En el acceso al escenario del parque de Berlín hay ropa abandonada
"Los recintos están desaprovechados", denuncia el edil socialista Lucas

Un total de 18 auditorios municipales al aire libre, de los 22 que decoran los parques madrileños, no tienen ningún tipo de programación cultural. "Es una pena, porque este teatro está muy bien", concluye Manuel. El del Tierno Galván tiene una capacidad para 5.000 espectadores. Es semicircular y tiene 16 gradas de piedra separadas por unos dos metros de césped. Todo desierto. La zona de hormigón que está justo delante del escenario se está deteriorando. Unas grandes grietas la surcan, como si fueran las marcas del olvido.

Los visitantes que pasean por el parque rodean este teatro al aire libre, como Vicente y Mercedes, que pasean con ropa deportiva por un extremo graderío. "Hace unas semanas hubo una reunión para celebrar la fiesta de la virgen de La Paloma. Se concentraron unas 2.000 personas. Pero lo dejaron todo destrozado", aseguran. Otros vecinos ratifican que hubo daños en el parque. Mientras la pareja comenta la situación de indigencia cultural de este parque, una cuadrilla de jardineros lo recorre para regarlo, podarlo y maquillarlo.

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El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, David Lucas, critica la centralidad de la cultura en la capital. "Se programan grandes actuaciones como en la fiesta del Bicentenario, La Noche en Blanco, Los Veranos de la Villa, y todo se representa en Centro. No dudamos de que haya que hacerlo, pero con un pequeño esfuerzo inversor se puede llevar la cultura a todos los distritos. Las infraestructuras están desaprovechadas", concluye Lucas. Un portavoz del Ayuntamiento asegura que los auditorios municipales se utilizan durante las fiestas de los barrios, pero no puede precisar qué espacios ni para qué fiestas.

Otro de los auditorios olvidados está en el parque de Berlín, en el distrito de Chamartín. Allí, los vecinos que cruzan cada día el recinto ni se percatan de la presencia del escenario. No hay gradas, pero sí una especie de pérgolas coronadas con un tejado rojizo, que aportan unos metros de sombra al asfalto. Para acceder al escenario hay una escalera a la que se accede por la parte trasera. Pero la entrada, protegida con unas verjas, está salpicada de ropa y zapatos viejos. Puro abandono.

Tomás vive en la zona. Oculta una ligera sonrisa bajo una poblada barba blanca. "Es una pena, porque se ha convertido en parte del mobiliario del parque", dice con una voz suave cuando se le pregunta por el auditorio. "Es cierto que no hay actividades, pero cuando las hay no informan de ello", se queja. "El año pasado paseaba por aquí y me topé con un espectáculo de zarzuela. Resultó muy entretenido, pero lo vi por casualidad", comenta este músico. "Podían motivar a los vecinos. Yo toco el laúd y tengo amigos que tocan la guitarra. No nos importaría subirnos a actuar", propone Tomás.

Los auditorios al aire libre tienen un elemento común: están abandonados y repletos de pintadas. El del parque Juan Carlos I es otro ejemplo de desolación. Tiene una capacidad para 9.230 localidades y está gestionado por la entidad municipal Espacio y Congresos. Tampoco cuenta con programación pública. Sólo espectáculos privados o lucrativos, como el Festival Weekend Dance, que está programado para el próximo 12 de septiembre. O el Saturday Night Fiber, celebrado el pasado 19 de julio. Vecinos de Barajas han reclamado en varias ocasiones que se retomen los espectáculos de luces y sonido que se hacían cuando se inauguró el parque hace una década.

"El Ayuntamiento no ha programado ninguna actividad en este espacio desde hace un lustro", asegura el portavoz socialista, que recuerda que otros recintos como los de Entrevías en Puente de Vallecas o el de Moratalaz no tiene ninguna programación cultural a lo largo del año.

Sólo tres auditorios están a salvo del olvido. Son los del parque de la Bombilla (Moncloa), parque Calero (Ciudad Lineal) y El Paraíso (San Blas), donde se proyectan películas en el ciclo de verano.

Tres jóvenes pasean junto al auditorio del parque de Berlín.
Tres jóvenes pasean junto al auditorio del parque de Berlín.LUIS SEVILLANO

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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