Ocho horas sin metro en la línea 10
A las 12.30 de ayer, un tren de la línea 10 del metro, que va de norte (San Sebastián de los Reyes) a suroeste (Alcorcón) de la región, se paró al llegar a Plaza de Castilla. La compañía asegura que se produjo un fallo de una bobina eléctrica en los bajos del tren. Los sindicatos, sin embargo, afirman que hubo un descarrilamiento, sin heridos y sin consecuencias, pero descarrilamiento. Fuentes sindicales aseguran que el fallo afectó a las cuatro ruedas del último vagón, "que se salieron". La empresa habla de fallo y de parada del tren, pero en ningún momento define lo sucedido como descarrilamiento. "Ha sido una avería técnicamente complicada", afirma un portavoz de Metro. El servicio quedó cortado entre las estaciones de Cuzco y Begoña y no se restableció hasta las ocho y media.
Tres sindicatos de Metro (UGT, CC OO y Sindicato de Conductores) sostienen que parte del último vagón se descarriló en la vía a una velocidad bastante reducida y denuncian que se trata de un modelo de cuyo mantenimiento no se encarga directamente Metro.
Ninguno de los tres sindicatos pudo precisar el motivo del supuesto descarrilamiento. Un ingeniero ajeno a la compañía señaló que en una salida de vía pueden intervenir varios factores, como un accionamiento de un desvío inadecuado en el raíl, la presencia de algún obstáculo en la vía o la rotura de un elemento del propio convoy.
Cuando se produjo el percance, parte del tren había alcanzado el andén de la estación Plaza de Castilla, y la otra, el último vagón, se encontraba dentro del túnel. Los pasajeros que viajaban en el convoy pudieron salir por su propio pie, ya que el tren, un modelo 9000 boa, tiene todos los vagones conectados por el interior.
"En los dos últimos años no hemos tenido una incidencia similar", indicaban fuentes de Metro, que confirmaron que el rescate fue "bastante aparatoso. Hubo que llevar una grúa que arrastrara el tren y antes se arregló la bobina para que el vagón pudiera circular". Luego fue trasladado a las cocheras de Tres Olivos, la estación más cercana al lugar donde se produjo el fallo.
Última generación
La compañía descarta que lo ocurrido se deba a un sabotaje, y afirma que el incidente tampoco se debe a una falta de mantenimiento. "Es un tren de última generación, y como mucho tiene un año. Como todos los trenes, incluidos los nuevos, hay un protocolo de mantenimiento, que implica revisiones periódicas. Tras la reparación, será sometido a unas pruebas para averiguar qué ha pasado".
La avería afectó a cuatro estaciones de la línea 10 (Cuzco, Plaza de Castilla, Chamartín y Begoña), por donde suelen pasar unos 170.000 pasajeros al día, según estimaciones facilitadas por Metro. El corte de la línea no coincidió con la hora punta de la mañana, pero sí afectó de lleno a la salida de los trabajos.
Aunque la compañía no habilitó ningún servicio alternativo, los autobuses que pasan por esa zona (66, 67, 124, 134 y 135) permitían montar gratis a los viajeros del metro afectados por la avería. Finalmente, tras comprobarse la señalización de túneles y andenes, el servicio se restableció a las 20.28.
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