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Crónica:NUMANCIA 1 - BARCELONA 0 | Primera jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Al Barça le falta un hervor

Los azulgrana son incapaces de marcar un gol al Numancia, muy acertado defensivamente

Numancia: Juan Pablo; Juanra, Palacios, Cisma, Bellvis; Nagore, Boris; Mario (Felipe, m. 83), Moreno, Barkero (Del Pino, m. 64); y Gorka Brit (Álvaro Antón, m. 60). No utilizados: Diego; Quero, Pavón y Dimas.

Barcelona: Valdés; Alves, Márquez, Puyol, Abidal; Xavi, Touré (Hleb, m. 57), Iniesta (Keita, m. 65); Messi, Eto'o y Henry (Bojan, m. 61). No utilizados: Pinto; Piqué, Martín Cáceres y Gudjohnsen.

Gol: 1-0. M. 13. Bellvis centra al área y Mario recoge el mal rechace de Puyol.

Árbitro: Fernández Borbalán. Mostró la cartulina amarilla a Puyol y Eto'o.

Unos 9.000 espectadores en Los Pajaritos.El Barcelona lleva tiempo gustándose sólo con mirar al banquillo. Como si la presencia de Guardiola y su refrescante libro de estilo bastara para dar carpetazo al pasado y alcanzara para reinterpretar la vieja partitura del fútbol azulgrana, llegó ayer el Barça a un campo donde empató las cuatro veces que había jugado antes. Y a la quinta perdió. Resulta que el día del estreno liguero sobre las tablas del teatro de provincias comparecieron en escena los mismos actores de la pasada temporada -de los nuevos, sólo Alves fue titular- y, al final, la obra, por desafinada y conocida, resultó tan sabida como insuficiente para levantar ovaciones. Le faltan horas de ensayo al Barcelona y se lo demostró el Numancia, equipo menor que tuvo de sobra con muy poco. Puede que a ratos el Barça jugara con ritmo y que nunca le faltaran las ganas, pero los muchachos de Kresic lo sofocaron con orden y apoyos defensivos. Y, siendo cierto además que el equipo de Guardiola, ayer de amarillo, pisó casi siempre el campo contrario, no lo es menos que al encontrar cerrada la puerta de las bandas, se embotelló y terminó tirando por el camino del medio, casi siempre conduciendo más que combinando hasta acabar espachurrado sobre la frontal del área del Numancia, donde se estrelló una y otra vez. Terminó el Barcelona por tener más presencia que pegada y, aunque tuvo ocasiones para empatar, al combinado de Guardiola le falta una pizca de sal y un rato al fuego para darlo por resuelto.

Kresic lleva toda una carrera ganándose las habichuelas en banquillos de medio pelo, obrando milagros con plantillas creadas a base de invertir cuatro perras y mucho trabajo, así que no debe de resultar casual que, pese a jugar con un equipo desdentado, supiera la manera de hincar el diente al Barcelona. No es nuevo su estilo, no sorprende a nadie, pero es resultón. Le bastó al veterano entrenador con buscar la espalda de Alves. La encontró Bellvis hasta tres veces sin que se enteraran los zagueros del Barcelona, que, cuando entendieron de qué iba la copla, ya habían recibido un gol. En su tercera llegada ofensiva, Bellvis puso un centro pasado para Mario, que acompañó la contra como mandan los cánones hasta resolverla justo por el otro lado del campo: tuvo tiempo para controlar la pelota y rematar sobre la salidad de Valdés, lo que saca las vergüenzas a la defensa. El Numancia tuvo bastante con ser listo y práctico.

A los defensas del Barcelona les costó darse cuenta de que para vigilar a un solo punta -Brit, durante el primer tiempo- eran demasiados efectivos y no dieron un paso adelante hasta que en el descanso debió de pedirlo el entrenador. Un regalo para el Numancia, que siempre dispuso de más gente en el centro del campo, chafando el violín a los volantes del Barcelona, Iniesta y Xavi, que no encontraron apenas líneas de pase ni tampoco ayuda en Henry y Messi, que, más que abrir, cerraron los caminos del gol. Hasta que Guardiola llamó a zafarrancho, dio entrada a Bojan y quitó a Henry, el partido languidecía al gusto soriano. En veinte minutos, el niño azulgrana puso en evidencia al veterano francés y el Barcelona generó ocasiones suficientes para empatar, incluido un remate de cabeza de Eto'o que lamió el poste y un disparo a la madera de Messi. Pero el discurso de la falta de puntería suena a vieja excusa, del miércoles pasado sin ir más lejos, y la realidad demuestra que el Barça de Guardiola no es todavía un equipo solvente, que cometió errores en las dos áreas que le costaron el partido, que no aprende a cerrar atrás y no encuentra la manera de matar delante los partidos. El encuentro vino a ser demasiado parecido al de hace cuatro días en Cracovia y, como aquél, terminó con derrota por la mínima.

No le alcanza al Barça con Messi y le sobra Henry, como le faltan horas en la cocina para que un último hervor permita sacar el plato a la mesa con garantías de éxito.

Del Pino cabecea anticipándose a Touré mientras Valdés, al fonfo, se mantiene a la expectativa.
Del Pino cabecea anticipándose a Touré mientras Valdés, al fonfo, se mantiene a la expectativa.AFP

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