Bienvenido al campamento rock

Rock and Roll Fantasy Camp funciona bajo unas premisas que pondrían los pelos de punta a quienes aún creen en el rock como algo supuestamente revolucionario o contracultural. Por la módica cifra de 6.000 euros, usted puede ensayar y grabar durante cinco días con músicos de la talla de Roger Daltrey (The Who), Slash (Guns N' Roses), Glenn Hughes (Deep Purple) o Bill Wyman (Rolling Stones). Estrellas de la farándula venidas a menos enseñan todos sus trucos a profesionales venidos a más en estos encuentros que, regularmente, se celebran en Hollywood, Las Vegas y en los míticos estudios de Abbey Road de Londres. "Esto me recuerda a cuando empezamos a tocar, cuando estábamos sin pulir pero dispuestos a todo". Así es la frase de Roger Daltrey que los creadores de esta experiencia de turismo de lujo para roqueros frustrados exhiben con orgullo en su página web.

La compañía, con sede en la capital británica, lleva más de un lustro ofreciendo estos campamentos, que durante los meses de verano se encuentran de gira en su versión de un solo día. Así, el pasado día 26 terminó en Los Ángeles un tour en el que nostálgicos de chequera fácil han podido actuar junto a Gilby Clarke (Guns N' Roses) o Chris Slade (AC/DC). La jornada empieza con un desayuno y una cita con el músico, para luego pasar las tres horas siguientes ensayando el repertorio que, al final del día, se va a interpretar. "No hace falta que el cliente sepa tocar ningún instrumento", advertía, en Fox News, Kip Winger, uno de los consultores musicales de la compañía. "En uno de nuestros primeros campamentos en Boston, llegó un tipo que no tenía ni idea de nada y le pusimos a tocar el cencerro". Una vez que se ha aprendido a seguir con el triángulo o la pandereta todo el Use your illusion II, se puede subir al escenario a vivir su sueño. "Las nuevas tecnologías nos permiten incluso poder colgar en iTunes los conciertos y que todo el mundo se los pueda descargar", comentaba orgulloso en la BBC David Fishoff, promotor de estos campamentos y productor de las giras de Ringo Starr o del 20º aniversario de The Monkees.

El campamento, cuya relevancia social ha sido certificada gracias a una referencia en un episodio de Los Simpson, no es más que otra prueba del idilio que el rock y la prosperidad económica viven. Abramovich, el millonario ruso propietario del Chelsea, contrató por 450.000 euros a Klaxons y CSS para la fiesta de cumpleaños de su hija, y el festival con el mejor cartel del verano en EE UU es el de los Hamptons, donde la entrada (incluye cena) cuesta 1.000 euros. Usted, por poco más de 6.000, el próximo 4 de noviembre en Londres le puede decir a Bill Wyman que, como ha hecho desde los años sesenta, se retrasa medio compás en el estribillo. Seguro que no se enfada.