Cómodo y rápido, pero impuntual
El tranvía de Alicante se consolida desde su conexión con el centro urbano
Dejaron el coche y se subieron al TRAM. El tranvía les ha facilitado llegar hasta el centro de Alicante a cualquier hora del día con una rapidez y una comodidad insólitas, pero los usuarios también se quejan de la falta de información y de los constantes retrasos y piden mayores frecuencias.
"Las pantallas que señalan las salidas del TRAM no paran de equivocarse"
En tan solo seis meses 1,6 millones de pasajeros han utilizado este medio de transporte, que comenzó a funcionar tímidamente en 2003. "Utilizo este servicio todos los días". Lo dice Verónica, una estudiante de 20 años que vive en el Cabo de las Huertas. Ella, como muchos jóvenes, ha encontrado un trabajo para los meses estivales, que le obliga a desplazarse por las mañanas al centro. "Es mucho más rápido y más útil que el bus, en 10 minutos me planto en Alicante", apunta.
El TRAM (www.fgvalicante.com), la marca comercial con la que Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) denomina el servicio del tranvía en Alicante, entró en servicio en 2003 con la línea que une la Puerta del Mar (en el Postiguet) con El Campello. Pero el TRAM dio un salto cualitativo y cuantitativo desde que el año pasado se abrieron las estaciones subterráneas del Mercado y MARQ (Museo Arqueológico de Alicante). En junio de 2007, y tras meses de obras, la línea que comunica el centro con el Cabo de las Huertas y la zona de playas se puso en marcha. A ella, le seguiría la nueva línea del Mercado hasta La Vila Joiosa.
"Facilita mucho todo, aunque el servicio es mejorable", admite un grupo de señoras mayores que viene desde El Campello para comprar en El Corte Inglés. En su mayoría, los pasajeros aplauden la comodidad del TRAM, aunque también lamentan su impuntualidad. "Hay poca frecuencia de trenes, y las pantallas que señalan a qué hora llegan no paran de equivocarse", asegura María, una vecina de la playa de San Juan.
Unos que llegan y otros que se van. Genoveva, de unos 40 años, utiliza el tranvía para ir a la playa. "Te deja casi en la misma orilla", afirma esta vecina de Alicante, que tarda unos 20 minutos en llegar a la playa de San Juan. Genoveva se fija en que los carteles anuncian que su tren parte ya. "No corre prisa", admite, "no llegará a la hora que marca, es vergonzosa la impuntualidad del TRAM", apostilla.
Otra de las líneas que más ha mejorado el servicio es la que conecta directamente con Benidorm en tan sólo una hora, que se puso en funcionamiento el pasado 2 de junio. "Vengo al médico desde Benidorm", explica un hombre apurado, mientras sube las escaleras. "Está bien, pero no tiene baño", comenta este pasajero. "No son siempre jóvenes los que lo utilizan", reprocha.
"Hay poca información", critican Salvador y María José, una pareja que reside en Madrid y que ha venido a la playa a pasar sus vacaciones. A su hija le gustó el trayecto hasta El Campello, y les recomendó este tipo de transporte. Quieren ir a Benidorm, pero no saben cómo o dónde deben coger el tranvía que les lleve. "¿Saben cuál es la línea para ir al MARQ?", un matrimonio se encuentra en la misma situación. Son de Onil, un pueblo en el interior de la provincia, y quieren subir en el tranvía para que su hija lo vea. Las pantallas alertan de nuevas llegadas y otras tantas salidas de diferentes líneas. No entienden nada. Dos de los trenes retrasan su hora. "Ya estamos otra vez", comenta resignada una señora de unos 50 años.
Si los pasajeros y usuarios se quejan de la impuntualidad y de la falta de frecuencias, los trabajadores también cuestionan algunos aspectos del servicio. Los sindicatos UGT y CC OO criticaron ayer mismo la privatización de los servicios de mantenimiento de los convoyes, mientras el consejero de Infraestructuras, Mario Flores, inauguraba la rehabilitación de la estación de La Marina. Durante el acto, los sindicatos también alertaron y rechazaron la privatización de la Línea 2 del tranvía.
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