"La regla es agotar la legislatura, salvo que se pierda la estabilidad"
El eje del discurso de Alberto Núñez Feijóo (Ourense, 1961) no ha variado desde que asumió el liderazgo de la oposición. "El problema de Touriño", repite siempre que tiene ocasión, "es que es muy difícil fiarse de él". Y que es un líder "débil". Por eso, dice, se está sometiendo a José Blanco y trata de aparentar que es él quien decide adelantar las elecciones. "Aquí lo que se pretende es disminuir un descalabro político como consecuencia de un engaño económico. Y cuando a una sociedad se le engaña, la sociedad siempre responde".
Pregunta. ¿A usted cuándo le gustaría que le votaran? ¿En octubre, en marzo o en junio?
Respuesta. La regla, en una democracia, es agotar la legislatura, salvo que se pierda la estabilidad en el Gobierno. Y en este momento, cuando hay un profundo deterioro de la economía, no es bueno iniciar también una crisis política. Lo sensato, lo responsable, es agotar la legislatura. Las elecciones pueden ser perfectamente a finales del primer trimestre, un escenario específico de Galicia.
"El PP ha aprendido que tiene que ir al ritmo de los cambios sociales"
"Tiene que haber renovación en las listas del Partido Popular"
"El éxito es ganar, pero a veces la medalla de oro es insuficiente"
P. Fraga no lo hizo.
R. Fraga adelantó las elecciones tres o cuatro meses. Yo entiendo que un adelanto así es un adelanto técnico, por eso lo que decía el señor Touriño de agotar la legislatura en marzo a mí nunca me pareció una cosa descabellada. Pero disolver el mismo mes en el que un presidente cumple tres años al frente de un Gobierno es acreditar claramente que no ha sido capaz de dar estabilidad y que probablemente sea el presidente más corto de la democracia gallega.
P. Para atajar la crisis, ¿no prefiere votar ahora y que el PP tenga ocasión de relevar cuanto antes al actual Gobierno?
R. El problema es que si hay una cosa que no vale para tres años no puede valer para siete. Si su modelo de Gobierno va a ser repetir el de esta legislatura, lo lógico es que la agote.
P. Van a ser sus primeras elecciones como aspirante a la Xunta. ¿Habrá una amplia renovación del grupo parlamentario?
R. En este momento estamos enfrascados en el programa electoral; le damos mucha importancia. Sabemos que podemos ganar si somos capaces de dar una alternativa sólida. La sociedad gallega está decepcionada. El que sea capaz de presentar un proyecto sólido, el que sea capaz, sin estridencias, de ganarse la confianza de la sociedad, puede tener la mayoría suficiente para gobernar. En las listas hemos dado muestra, tanto en las generales como en las municipales, de un porcentaje alto de renovación y claro tiene que haber renovación en las listas. Este es el compromiso con el que el comité ejecutivo y yo nos presentamos al congreso del PP: hacer un cambio tranquilo y seguir avanzando hacia donde avanza la sociedad y la sociedad gallega ha cambiado.
P. No hace mucho asumió que el éxito o el fracaso en estos comicios será sólo de su responsabilidad, pero es inevitable pensar que Rajoy tendrá algo que ver con lo que ocurra.
R. Sí, pero creo profundamente en lo que he dicho. Cada proceso electoral es distinto. Nosotros hemos ganado las elecciones municipales de 2007 y hemos perdido las generales de 2008 y teníamos la misma dirección en el partido. Por tanto, para lo bueno y para lo malo, yo soy el responsable del fracaso o del éxito.
P. ¿Cuál es el listón que separará el éxito del fracaso del PP?
R. Ganar las elecciones es un éxito, sin duda. Y en una democracia consolidada europea el que gana las elecciones gobierna. Ahora bien, somos como un atleta: el éxito es ganar, pero a veces la medalla de oro es insuficiente si no se bate un récord, y el récord es sacar más escaños que las demás fuerzas juntas.
P. ¿Asume que sólo podrá gobernar si alcanza 38 diputados?
R. Yo asumo que el Gobierno, con 38 diputados, nadie te lo puede quitar. Y asumo que con 37 las otras fuerzas políticas pueden pactar para que el PP no gobierne. Ese riesgo existe.
P. Lo digo porque se ha hablado de la disposición del PP a dialogar con el BNG.
R. El partido no ha cambiado de mensaje. Ahora lo que toca es ganar. Vamos a ganar las elecciones, ese es nuestro objetivo. Y yo asumo un compromiso ético con la democracia en Galicia: no quiero ser el presidente si hay un candidato que ha obtenido más votos y más escaños.
P. Pero la gente tiene derecho a saber si están dispuestos a gobernar con el BNG.
R. La gente sabe muy bien lo que quiere el PP, que es un partido constitucionalista, autonomista y no nacionalista. El PP tiene una serie de principios y no merece la pena tener un gobierno rompiendo tus principios. Ahora bien: si el PP obtiene el mandato de la gente para gobernar y le faltan un par de escaños, lo lógico es hablar. Hablar es una cosa: pactar es otra.
P. ¿Le parece que el castellano está amenazado en Galicia?
R. A mí me parece que estamos ante el inicio de un conflicto lingüístico que se puede enquistar en la sociedad. Me parece un error, porque durante 20 años fuimos capaces de tener a salvo la convivencia pacífica y cordial de las lenguas y me parece un error político de este gobierno haber roto unilateralmente un consenso que se encontró cuando llegó al gobierno. Estamos ante el inicio de un conflicto que puede calar en determinadas capas de la sociedad y me parece que es un grave error.
P. Perdón por la insistencia. Le he preguntado si cree que el castellano está amenazado.
R. Yo vuelvo a insistir, creo que lo he intentado explicar. En Galicia no había ningún problema y hoy hay mucha gente que no está de acuerdo con la política lingüística de la Xunta. Y hay mucha gente que está a disgusto con la política educativa, que está a disgusto con la política institucional y que no puede entender, y yo por supuesto tampoco, que se puedan dar más puntos si los papeles se presentan en gallego que si se presentan en castellano. Eso es un grave error y yo desde luego lo que voy a intentar es volver a recuperar un bilingüismo cordial.
P. ¿La renovación del PP nacional allana el camino a la reforma estatutaria?
R. En política es muy rentable tener una posición coherente y honesta. Ahora los defensores del Estatut de Cataluña son los que están preocupados por sus efectos. En Galicia hemos visto cómo el partido socialista ha actuado con una enorme hipocresía. Este doble juego no da resultado. Nosotros hemos dicho lo mismo siempre: la actualización de un Estatuto constitucional es posible; la modificación de la Constitución a través de un Estatuto no. El PP mantuvo la bandera de Galicia en la reforma del Estatuto.
P. ¿El paso por la oposición les ha permitido aprender algo?
R. Hemos aprendido que en política se está no sólo para gobernar sino para defender unas ideas y unos principios. Y que un partido puede ser tan importante en el Gobierno como en la oposición. Y, lógicamente, que un partido tiene que renovarse e ir al ritmo de la sociedad.
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