Messi, otro sueño cumplido
Argentina se lleva el oro a costa de Nigeria en una final con dos tiempos muertos por el calor
"Valió la pena, ha sido una gran experiencia". Como Pep Guardiola en 1992, Messi cumplió ayer su sueño de proclamarse campeón olímpico. Superadas las trabas iniciales a su convocatoria gracias a la comprensión de su actual técnico azulgrana, al que todavía conmueven los Juegos de Barcelona, el argentino alcanzó su meta y contribuyó a que Argentina revalidara el título conquistado en Atenas con Marcelo Bielsa en el banquillo. En Pekín, el equipo albiceleste, tripulado por Sergio Batista, superó a Nigeria en la final tras un asfixiante partido condicionado por los 32 grados que se registraban al mediodía en la capital china. La organización quiso que la final de fútbol se disputara en el Nido, el nuevo y futurista estadio nacional, y fijó su horario a las doce de la mañana para no interrumpir la jornada de atletismo. El desamor entre el fútbol y el olimpismo viene de lejos.
NIGERIA 0 -ARGENTINA 1
Nigeria: Vanzekin; Okonkwo, Apam, Adeleye, Adefemi; Kaita, Isaac (Ekpo, m. 69), Ajilore, Obinna; Okorow (Anichebbe, m. 63) y Odewige.
Argentina: Romero; Zabaleta, Luciano, Garay, Pareja; Gago, Mascherano, Di María (Banega, min. 88); Riquelme; Messi (Lavezzi, m. 91) y Agüero (Sosa, m. 78).
Árbitro: Viktor Kasai (Hungría). Amonestó a Obinna, Di María y Riquelme.
Gol: 0-1. M. 57. Messi envía el balón a Di María, que con un toque con la punta de la bota bate de vaselina al portero.
Final del torneo futbolístico de Pekín 2008 disputado en el estadio Olímpico de Pekín.
En vista del sofocante calor, en el minuto 30 del primer tiempo, el árbitro, el húngaro Viktor Kassai, por indicación de su asistente entre los banquillos, detuvo el partido para que los jugadores pudieran refrescarse, arremolinados en torno a sus entrenadores. Como tiempo muerto de baloncesto. La pausa, que se repitió en el segundo periodo, duró unos dos minutos. "No sabíamos que se iba a hacer así, pero el campo estaba muy seco, muy duro y el ambiente muy cargado", dijo Messi al término de la final.
Exhaustos por el azote solar, argentinos y nigerianos, que tenían varias cuentas pendientes, disputaron un encuentro muy tedioso, nada armónico. Con Gago y Mascherano al tajo y sin pistas de Riquelme, el equipo suramericano se agrietó, sin una puntada entre sus líneas. En el horizonte, Agüero y Messi quedaron aislados y fracasaron una y otra vez ante la elasticidad y el poderío físico de los zagueros africanos. Cada intento de arabesco de uno y otro resultó estéril. Quizá por el mutuo conocimiento entre estas dos generaciones de Argentina y Nigeria: en el Nido se alinearon quince de los jugadores -Messi y el Kun, entre ellos- que se enfrentaron en la final del Mundial sub 20 de Holanda en 2005. Entonces ganaron los argentinos, una revancha juvenil de la victoria de Nigeria ante la albiceleste en la final olímpica de Atlanta 1996.
En medio del tedio, con el partido trabado y la pelota dislocada, de bache en bache, un desliz de un centrocampista africano sentenció a Nigeria. Messi recuperó la pelota en su propio campo y su pase en profundidad a Di María lo aprovechó éste para plantarse ante el meta adversario y superarle con un toque delicado que le peinó el flequillo. Nigeria dio un paso al frente y todo apuntaba a una contra definitiva trazada por el azulgrana y el rojiblanco. No llegó, con ambos fundidos, y Argentina resistió el atolondrado asalto final de Nigeria, que a punto estuvo de igualar en dos ocasiones, primero tras un mal despeje de Mascherano y luego tras un remate de Anichebe.
Los nigerianos no encontraron el remedio y Argentina selló su 12ª victoria olímpica consecutiva. Todo un récord, como el de Mascherano, que, al igual que en Atenas, en Pekín volvió a jugar todos los minutos del campeonato. A su lado, Messi, abrazado con Agüero, se ganó el podio que tanto deseaba. Atrapado en el pulso entre el Barça y Argentina, Messi salió ganando. Argentina, también. Y la entidad azulgrana ya se cobrará su recompensa.
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