_
_
_
_

El Mulo entra en prisión por un alijo de 4.000 kilos de cocaína

La policía ha dado por desarticulada la organización de narcotráfico que dirigía desde Cambados el histórico piloto de planeadoras Rafael Bugallo Piñeiro, de 50 años, apodado El Mulo, que desde ayer se encuentra en la prisión de A Lama (Pontevedra). Ocho detenidos, entre ellos su novia, de nacionalidad colombiana, y dos de sus hijos, junto con 3.500 kilos de cocaína, es el balance provisional del operativo policial. La operación, todavía abierta, centra ahora sus objetivos en la detención de los tres tripulantes de la lancha quemada en la playa de A Lanzada (O Grove) el pasado 15 de agosto.

La recuperación de la totalidad del cargamento, estimado en cuatro toneladas y que la embarcación arrojó al mar al verse descubierta por varios dispositivos de vigilancia, es el otro objetivo de la policía. Después de dos intensas jornadas de interrogatorios en la sede judicial de Cambados, era previsible anoche que también ingresara en prisión otro viejo conocido en los círculos del narcotráfico, Fernando Prado Rey, alias Chisco, de 38 años, familiar de Sito Miñanco, con antecedentes y pendiente de otro proceso en la Audiencia Nacional.

Entre los detenidos también figuran Nicolás Bugallo, hijo de El Mulo, de 26 años, y su hermana Noelia Bugallo, de 27, que presuntamente formaban parte del clan. Ambos tenían asignadas tareas de contravigilancia, al igual que la novia de El Mulo, M.C.C., de 43 años, de origen colombiano y nacionalidad española, que también daba cobertura a la organización.

Dos colombianos

En el mismo operativo, en el que participaron unidades de la Udyco y Greco de Galicia y del Servicio de Vigilancia Aduanera, fueron arrestados otros dos colombianos residentes en Vilagarcía, encargados de controlar la parte del cargamento asignado por el cartel que organizó el envío desde Sudamérica y que previsiblemente tenía Madrid como destino.

Un operativo mixto coordinado por el fiscal antidroga Marcelo Azcárraga venía, desde hace más de un año, pisándole los talones a El Mulo, un avezado y escurridizo traficante que ya había sido detenido en dos ocasiones y que se encontraba en libertad condicional tras su última detención en 2005, implicado en otro transporte de 2.000 kilos de cocaína.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_