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Reportaje:PEKÍN 2008 | Baloncesto

Ya estamos donde queríamos

Gasol, que tenía una espina clavada en los Juegos, recupera la sonrisa

Robert Álvarez

Rudy Fernández, el hombre que dos días antes habló de la necesidad de volver a sonreír, era otro tras el partido ante Croacia. Estamos recuperando las buenas sensaciones, decía. Pau Gasol, en efecto, volvía a sonreír. No ya por la victoria sino por lo muchísimo que significaba para el equipo que lidera. Campeones del mundo, asiduos al podio en los Europeos, les faltaba por quitarse la espina en los Juegos Olímpicos. Hace cuatro años, en Atenas, cuando habían encarrilado el éxito en una primera fase sin fallo, se les fue todo al garete en el cruce de los cuartos de final en el que inesperadamente se encontraron con Estados Unidos y un Stephon Marbury infalible. Pau Gasol acabó aquel día desolado, con las manos en la cara, arrodillado sobre el parqué del pabellón Olímpico de Atenas, maldiciendo su mala estrella. En Pekín, tras el partido de cuartos de final ante Croacia, todo era distinto.

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Sin euforia, pero absolutamente reconfortado por el triunfo, Pau Gasol comentó: Estamos donde queríamos, preparados para una semifinal que será dura. Salir a tope e imprimir nuestro ritmo desde el principio, con mucha intensidad defensiva, nos quita presión en ataque y nos da ventaja. Precisamente a la carencia de intensidad se refirió Pau respondiendo a una pregunta sobre la perspectiva de jugar de nuevo contra Estados Unidos. Intentamos competir contra ellos, pero imprimieron una intensidad de juego a la que no estábamos acostumbrados y nos cogieron en un momento anímico malo del que ya nos estamos recuperando.

Un periodista insistió en sondear las posibilidades del equipo español ante EE UU, mientras Aíto, al lado de Pau hacía una mueca de disgusto por tantas cuestiones sobre una previsible final cuando todavía no se ha jugado la semifinal. Sería un sueño estar en la final. Nada es imposible, ésa es mi filosofía. Debemos jugar más agresivos y aún así será difícil, pero no imposible, contestó el pívot de Sant Boi, que, precisamente ante Croacia, cumplió su partido número 100 con la selección.

Aíto García Reneses también dio un vuelo histórico a su reflexión sobre el logro alcanzado en Pekín. Es muy importante estar siempre arriba en los campeonatos. Algunos equipos aparecen, ganan uno y desaparecen. Este equipo demuestra la buena salud de nuestro baloncesto porque es capaz de estar en lo alto en los Europeos, en los Mundiales y en los Juegos. La selección española fue campeona mundial en 2006, subcampeona de Europa en 2007 y ahora es semifinalista olímpica en 2008.

No fue la última vez, tras el partido ante Croacia, que se habló de la derrota ante Estados Unidos. El propio seleccionador se refirió a ella hablando sobre la concentración que necesita su equipo: Los que más nos exigimos somos nosotros. Por nuestro carácter, hubo cierto triunfalismo previo antes del torneo, pero ese triunfalismo bajó bastante después de nuestro desastroso partido contra EE UU. La victoria ante Croacia ha nacido de una gran defensa y una muy buena concentración, aunque no tenemos que bajar la guardia en los últimos minutos.

A Aíto no le gustaron algunas acciones en ataque, cuando el equipo español ya vencía por más de 12 puntos de diferencia y en las que sus jugadores lanzaron sin seleccionar de manera adecuada sus tiros. Pero aún así dijo estar satisfecho. Hemos encarrilado bien el partido y a partir de ahí mantuvimos la concentración porque a veces vas pinchando y acabas perdiendo. Esta vez hemos tenido un buen colchón y todo el grupo ha logrado estar bien mentalizado.

Calderón tuvo que ser relevado cuando el partido ante los croatas ya concluía debido a un tirón en su pierna derecha que, en principio, no parece revestir mayor importancia. Fue una de las pocas notas preocupantes del partido que, 24 años después, volvió a darle a la selección el pase a las semifinales olímpicas.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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