A golpe de pedal
Llaneras, junto a Tauler, consigue la plata en madison - Gómez Noya y Raña se quedan a las puertas del podio en triatlón
El ciclismo, tan lacerado últimamente, tira de España como ningún otro deporte. Y lo hace a lo grande, con el que ya es el mejor olímpico español de la historia, Joan Llaneras, artífice, junto a Toni Tauler, de la novena medalla. Juntos ganaron la plata en la modalidad de madison -nombre proveniente del Square Garden de Nueva York-, la cuarta de este eterno mallorquín de 39 años que ya tiene dos oros y dos platas, la misma cosecha que Arantxa Sánchez Vicario, pero de mejor calidad -la tenista logró dos platas y dos bronces. Llaneras lo ha conseguido en tres Juegos consecutivos, algo que sólo han logrado otra tenista, Conchita Martínez, y el gimnasta Gervasio Deferr.
España tiene estas cosas. No son pocos los deportistas que han surgido de la nada, como por arte de magia, por mera espontaneidad, sin un mínimo andamiaje a sus espaldas. El ciclismo en pista no tiene focos. Hace décadas que se perdió una cierta tradición de las pruebas de seis días, aquéllas que guiaban a Guillermo Timoner tras una moto por las madrugadas españolas. Es casi un deporte clandestino, salvo en las Baleares, paraíso del ciclismo en pista español. De ahí son Llaneras y Tauler; allá se acunaron Sebastián Muntaner y Albert Torres, también integrantes de la selección. Allí, en Felanitx, nació el gran Timoner, seis veces campeón del mundo entre mediados de los cincuenta y los sesenta. Y, por supuesto, en las islas hizo fortuna Andrés Oliver, causante de las primeras semillas.
El atletismo se prepara para una dura transición hacia Londres
Este mecenas apasionado de los velódromos repartía 500 pesetas en premios cuando Llaneras era un crío y acudía con su padre, Francisco, practicante de la pista, a Algaida, a unos 20 kilómetros de Palma, donde actualmente el complejo lleva el nombre de Oliver. Por su pasión particular, España engorda hoy en el medallero.
El éxito de ayer amplificó los recuerdos de Llaneras, cautivado por la magia de una semana de oro para abrochar su extraordinaria carrera. La prueba de ayer tuvo un especial significado para él. En madison, su compañero era el difunto Isaac Gálvez, muerto en los Seis Días de Gante en noviembre de 2006. A él le brindó la plata, como a Carles Torrent, quien tenía que haber ocupado el puesto de Tauler, pero se fracturó el fémur un mes antes de los Juegos de Pekín.
La jornada dejó a las puertas del podio a los gallegos Javier Gómez Noya e Iván Raña, favoritos a los grandes premios en triatlón, pero que se quedaron en la última recta y terminaron cuarto y quinto respectivamente. Mucho más lejos se quedó el canario Mario Pestano, que llegó a la final de disco con la tercera mejor marca mundial de la temporada, pero al que una vez más se le encogió el brazo, por lo que sólo pudo ser noveno. Pestano fue incluso superado por el cubano nacionalizado español Frank Casañas.
En la otra aspiración española, el 1.500, Juan Carlos Higuero fue quinto. Otra decepcionante sesión para el atletismo español, que parece haberse estancado y, lo que es peor, apenas hay relevos para una selección muy veterana. El atletismo se prepara para una dura transición hacia Londres.
En la fase decisiva de los deportes de equipo, el baloncesto femenino perdió el cruce con la potente Rusia y el hockey hierba masculino se clasificó para las semifinales tras derrotar (2-1) a Corea del Sur. Ahora tendrá dos opciones de medalla. Las mismas que David Cal, que ayer también se impuso en su previa del C-1 en 500 metros y se clasificó directamente para la final. Cal apunta tan alto como en Atenas.
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