Terence Rigby, actor británico de cine y teatro

El actor británico Terence Rigby, prestigioso intérprete de cine, teatro y televisión, murió el 10 de agosto, a los 71 años, a causa de un cáncer de pulmón. Con su amplísima carrera, Rigby dejó huella en el teatro, especializado en obras del dramaturgo Harold Pinter, y en decenas de producciones televisivas y largometrajes. Nació el 2 de enero de 1937 en Birmingham, Inglaterra, y se formó en la Real Academia de Artes Dramáticas de Londres. Compartió esta pasión con el tenis, y llegó a ser juez de línea en Wimbledon.

Con 26 años debutó en televisión, con un papelito en la serie No hiding place (1963). Desde entonces, durante cuatro décadas, creció como actor, capaz de encarnar con igual acierto a esforzados agentes de policía y a malvados de primera línea. Su rostro fue un referente entre los espectadores televisivos desde 1967: en la serie policiaca Un hombre de mundo, producida por la BBC, interpretó durante 84 episodios a PC Snow, inolvidable adiestrador de perros.

En 1971 acrecentaría su popularidad tras intervenir junto a Michael Caine en el thriller de Mike Hodges Asesino implacable, encarnando a un potente villano. Su carrera televisiva resulta casi inabarcable: aquí recordamos series como El Santo (1966) y la producción de la BBC Calderero, sastre, soldado, espía (1979), comandada por Alec Guinness, donde anonadó a los espectadores fumando un cigarrillo tras otro como el espía doble Roy Bland. En 1983 fue el impecable doctor Watson en El perro de los Baskerville, en la que Tom Baker, con quien Rigby ya coincidió en Un hombre de mundo, era Sherlock Holmes. En la miniserie Elizabeth (1998), con Cate Blanchett, era el siniestro obispo Gardiner. En el teatro, compartió escenario con iconos como Derek Jacobi, John Gielgud y Ralph Richardson. Participó en el montaje original de Regreso al hogar de Pinter en 1965, en el papel del púgil Joey. En 2007 apareció en la serie británica Doctors y en el thriller de serie B Flick. Y se retiró.