"Una regata a muerte"

Mirándole ayer a la cara, en el pantalán olímpico del campo de regatas de Qingdao, no era difícil imaginarse hoy a Iker Martínez saliendo a navegar con badana en la cabeza y cuchillo entre los dientes. Escuchándole, aún menos: "Va ser una regata a muerte", anunció el regatista vasco. La medal race -regata que se ha incluido por vez primera en el calendario olímpico, en la que participan los 10 primeros de la clasificación y que puntúa doble- debe decidir hoy las tres medallas de la clase 49er. "No renunciamos a nada", aseguró Iker, consciente de que ni siquiera Ibsen y Darrer, los daneses que salen primeros, tienen el oro asegurado. Iker y Xabi Fernández, la pareja española campeona en Atenas 2004, son cuartos a un punto de los terceros y a cuatro de los segundos.

"Visto cómo empezamos, estar aquí es una gran oportunidad", dice Iker

"Puede pasar de todo, entre el segundo y el sexto, van nueve puntos", dice Iker El panorama es espectacular: con 20 puntos en juego y en un campo de regatas tan singular como el de Qingdao, nadie en la flota se atrevería a descartar, siquiera, un precipitado en la salida. "Las corrientes son muy fuertes, los vientos, raros", insisten todos los regatistas. "Dependemos de nosotros mismos", aseguró el danés Ibsen.

"Los daneses lo tienen chupado, haciéndolo medio bien son oro, pero las regatas son las regatas", aseguró Iker, dispuesto a afrontar una pelea a cara de perro. Los daneses lideran la clasificación con 47 puntos, seguidos de los hermanos italianos Sibello, con 58, y los australianos Outteridge y Austin, con 61. Los españoles son cuartos con 62, después de la magnífica jornada de ayer: un primer puesto, un segundo y un cuarto. "Es de risa, estamos cinco para dos medallas. Pocas veces se dan estas regatas y hay que sacarle provecho, porque visto como empezamos, estar aquí es una gran oportunidad que debemos afrontar conscientes de que tenemos experiencia y que hemos de usarla para bien. Visto lo visto, estamos encantados", resume Iker.

Miró al mar el tres veces campeón del mundo y recordó que desde que comenzó la regata han ido de desgracia en desgracia. "Llevamos tres años entrenándonos para esto y nos vamos a dejar la piel. No ha sido fácil regatear aquí, nos han pasado todas las pequeñas cosas que te pueden ocurrir para mal en un barco, los detalles más tontos, y además en los conceptos más básicos en los que te puedes equivocar, nos hemos equivocado... pero estamos aquí",

Dispuestos a no darse por vencidos, la pareja del 49er español intentó ayer sin éxito que la organización programara para hoy las dos regatas que suspendió por falta de viento el día anterior: "Cumplir el programa sería lo más justo". Pero ya se lo avisó Jordi Lamarca, experto en reglamentación de la delegación española: "No harán ni caso". El tribunal de carrera desestimó la solicitud nada más leerla. Así que hoy toca una de piratas: regata a muerte.

Menos oportunidades ha tenido en la clase Finn Rafa Trujillo. Sus victorias se celebran como pocas por sus compañeros y sus derrotas se sienten como propias. Cuando terminó en el puesto 20 la cuarta y la quinta regata, al equipo entero se le encogió el corazón. Por eso, cuando fue descalificado por tomar la salida antes de tiempo, la gente de la vela olímpica española se volcó con él.

Campeón del mundo el año pasado y medalla de plata en Atenas hace cuatro, Trujillo se pasó el último año montado en bicicleta tres horas al día para rebajar peso con la idea de combatir la calma de Qingdao. Se quitó 16 kilos, él que ya era enorme cuando empezó en la clase Optimist. Total, para nada: al final, terminó por llevárselo la corriente. Justo cuando era segundo, una de las regatas se suspendió falta de viento. Después de tanto sacrificio, Rafa hoy luchará por un diploma.