Protestas en la subasta de puestos de San Froilán

Los cinco puestos y calderos para vender el popular pulpo á feira en las fiestas de San Froilán (cuyo montaje empezará el próximo 6 de septiembre) fueron subastados ayer por la mañana en el Ayuntamiento de Lugo. Aunque todos los años realiza esta subasta, en éste la novedad es que las licencias tendrán una validez de tres años y el orden de la rifa se determina por sorteo.

Sólo seis pulpeiros pujaron por las casetas, aunque las habían solicitado 12, y todos ellos manifestaron estar en contra de la modalidad de sorteo.

Sólo seis pulpeiros de los 12 solicitantes acudieron ayer a la puja por los puestos

El trámite, que gestiona la Comisión de Fiestas del Ayuntamiento, podría haberse resuelto rápido, puesto que en el Salón de Plenos sólo se sentaron seis pulpeiros para cinco solicitudes, pero se rebelaron por sentirse "estafados". Según el Ayuntamiento, las quejas se debían "a una interpretación errónea de las bases por parte de los hosteleros", que retrasó el reparto.

Se estima que en total el Ayuntamiento recaudará con los calderos y puestos 129.030 euros al año durante las próximas tres ediciones de San Froilán; 7.000 euros más que en 2007. "No subasto. Hagan lo que quieran con las casetas. Se burlan de nosotros", proclamaba a gritos y dando golpes en la mesa uno de los pulpeiros, Ramiro López, que pretendía hacerse con una caseta en la subasta, y que ganó la licencia del tercer stand. Junto a él abandonaron la subasta (durante 15 minutos) "indignados" los otros candidatos.

El conflicto había estallado porque el Ayuntamiento pretendía sortear el orden de las casetas, mientras que los restauradores insistían en seguir "un determinado orden".

La concelaja de Cultura y Turismo, Concepción Burgo, se mostró "molesta, porque la Comisión siguió las bases a rajatabla", a diferencia "de lo que hacen ellos [los pulperos] con el montaje".

"Siempre hicimos lo que ellos querían y ya no podemos dar más", confesaba la concejala. "Si hay un colectivo bien tratado en este Ayuntamiento es el suyo", añadió después de insinuar que "además" no todos tenían intención de subastar. "Algunos vinieron para subastar y otros para estar".

Especialmente exaltado estaba el restaurador Alberto García, un empresario que presentó tres solicitudes pero que no pujó por ninguna. García declaró no entender cómo le "habían podido pedir" que se identificase. "Es público y notorio quién soy después de 12 años subastando en Lugo".

Nada más iniciarse la puja, el ganador de la caseta, Ramiro López se dirigió a la concejala de Cultura y Turismo para espetarle: "Esto es una vergüenza. El pueblo es de todos los que trabajamos como desgraciados para pagar vuestros impuestos".

Lo cierto es que, tras la gran tensión vivida, cuatro de las cinco casetas se adjudicaron en su precio de salida, ya que sólo una persona pujó por ellas, a pesar de que había más de 12 solicitudes para las casetas.