_
_
_
_
_
música

Un sentido José Antonio emociona en La Unión

¿Quién dijo que José Antonio, actual director del Ballet Nacional de España, ha sido sólo un bailarín extraordinariamente técnico y capaz de malabarismos pero falto de emoción? Quienes así piensen tendrían que haberlo visto la madrugada del sábado sobre las tablas del viejo escenario de La Unión en el espectáculo que abrió el 48º Festival Internacional del Cante de las Minas, que este año cuenta con Miguel Poveda como figura homenajeada.

Hacía algunos años que el ballet no actuaba en La Unión, y su director se mostraba muy ilusionado con volver al certamen; tal vez por ello quiso subir al escenario y bailar una de sus coreografías, Golpes da la vida, que estrenó hace 10 años en Sevilla junto a Rafael Campillo, cuando dirigía a la Compañía Andaluza de Danza. Aunque la coreografía no es autobiográfica, no se pueden negar ciertas connotaciones personales: un hombre maduro, desilusionado, conoce a un chico (ayer, su compañero no fue Campillo, sino Jesús Carmona) que le devuelve la ilusión por la vida y a quien transmite todos sus conocimientos.

Baile sin alharacas

José Antonio cree que hoy muchos jóvenes no quieren escuchar a los viejos maestros. Pero, viéndole bailar, se entiende por qué debería escucharse a grandes figuras que aún tienen que decir. El sábado, con un baile majestuoso y recogido, interior, José Antonio emocionó a las 2.000 personas que abarrotaban el antiguo mercado público, pues las entradas se habían agotado.

Cuando José Antonio llenó el escenario, se produjo un significativo silencio que era emoción, la misma que el bailarín transmitió con sus gestos, su mirada o una simple mano extendida, capaz de hacer vibrar y convertir su baile íntimo y propio en universal. Quedó claro que el público también entiende esa forma sobria de expresar el baile frente al ruido y alharacas tan de moda hoy.

La noche se completó con Caprichos, coreografía de Fernando Romero estrenada en Madrid en 1997 con música de Juan Manuel Cañizares y Juan José Amador, y se cerró con Cambalache, ideada por Antonio Canales. Una velada espléndida con buena música en directo, un vestuario colorista y un elenco de calidad, en el que destacó Miguel Corbacho. Pero, sobre todas las cosas, quedará en la memoria el baile sobrio y sentido de José Antonio.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_