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Reportaje:críticas increíbles | el tiovivo

La vida cotidiana en la II República

'CARNE DE FIERAS'

Director: Armand Guerra. 1936. Intérpretes: Tina de Jarque, Pablo Álvarez Rubio, Marlène Grey. Restaurada y montada por Ferrán Alberich y Ana Marquesán para la Filmoteca de Zaragoza.

Rodar una película está lleno de dificultades, pero seguramente aquel rodaje en un Madrid bajo el tórrido sol del verano, amenazado por las tropas de la sublevación fascista, con manchas de sangre fresca en las aceras, entre sospechas de traición interior, debió de ser aún más difícil. La dirección del filme es obra de una de esas personas para todo: promotor, actor, articulista, técnico y director. Curtido en Francia y Alemania, Armand Guerra decidió volver a su país, que estrenaba república e ilusiones. La película no guarda relación con la sublevación de julio y la consecuente resistencia popular, ya que el guión se había escrito con anterioridad. El productor decidió seguir adelante con el proyecto: se suponía que la guerra duraría poco y los sublevados serían aplastados.

Algunas veces he dicho que toda película contiene un documental sobre sí misma, y así se comprueba en Carne de fieras, en la que la vida cotidiana del final de la República se cuela aquí y allá. Se pueden ver milicianos armados sin que nada lo justifique en el plano argumental, simplemente salen porque estaban a tiro de cámara, y también niños que recogen colillas para sobrevivir. Pero sobre todo hay una libertad de costumbres y una creatividad que desaparecerían con al advenimiento del nacionalcatolicismo. El filme revela un Madrid sitiado, pero que no ha perdido sus ganas de vivir, y así vemos los paseos en barca del Retiro, números de cabaré, bañistas en la Playa de Madrid, una escena de divorcio mutuamente pactado... El momento cumbre del filme lo constituye un número de circo en el que una Venus rubia, Marlène, danza desnuda entre unos leones mantenidos a raya por el domador. La chica baila con los pechos al aire, los leones rugen, el domador restalla el látigo y los espectadores sienten miedo y deseo a la vez. Una película de ambiente frívolo, pero muy reveladora de lo que fueron las postrimerías de la República.

He tenido ocasión de hojear el libro inédito del profesor Ríos Carratalá sobre Carne de fieras y las historias de algunos de sus participantes, con desenlaces bastante diferentes de los happy end de las producciones en las que intervinieron.

La actriz principal de la película, Tina de Jarque, era una conocida cantante de variéetés. Había sido criada, y su buena voz y palmito la retiraron del oficio de servir. La guerra la sorprendió rodando Carne de fieras, trabajo que simultaneaba con sus actuaciones en los teatros de la amenazada capital. Sin embargo, Tina no debía de depositar mucha confianza en la profesión teatral, porque su casa de las afueras albergaba un criadero de cerdos, con los que comerciaba. En aquel Madrid sitiado conoció a un aguerrido miliciano anarquista, con el que formó pareja. Al parecer el miliciano tenía acceso a joyas y tesoros eclesiásticos requisados. Juntos huyeron con un cuantioso botín en busca de felicidad y vida burguesa. Pero se vieron sorprendidos por una patrulla de sus camaradas anarquistas, quienes ya tenían noticia de su defección. Fueron fusilados en la misma carretera.

Marlène Grey, la Venus de los Leones, tuvo que marchar de Madrid, dada las dificultades para alimentar su herramienta de trabajo, las fieras. Murió en Marsella, despedazada por una de ellas.

Ríos Carratalá extiende su estudio de las postrimerías republicanas a Álvaro Retana, el escritor erótico, el cupletero y "novelista más guapo del mundo", quien iba a las manifestaciones obreras con mono de seda. Es el reverso de la España culta y resistente, pero también una España libre. Retana se vio envuelto, tras la guerra, en acusaciones de uso sacrílego de objetos litúrgicos, besos negros y copones, y condenado a la pena capital, sentencia cambiada por 20 años de cárcel.

Pocas veces el teatro y el cine, en su versión frívola, han estado más teñidos de sangre. Y nunca la comedia desenfadada ha terminado la función de manera más trágica.

Familias evacuadas regresan en marzo de 1939 a Madrid.
Familias evacuadas regresan en marzo de 1939 a Madrid.EFE

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