"Un campo de regatas catastrófico"
Rafa Trujillo acaba sexto la primera jornada de navegación, marcada, como se esperaba, por un flaco régimen de vientos
Muchas veces alejados de la Villa Olímpica, los regatistas que ahora compiten en los Juegos de Pekín disfrutaron ayer de su propia ceremonia inaugural, un espectáculo con centenares de bailarines en que estuvieron representados los 62 países que navegan en aguas de Qingdao. O que al menos lo intentan. "Hemos tenido un campo de regatas catastrófico", dijo el español Rafa Trujillo, plata en Atenas 2004 y campeón del mundo en la clase Finn.
Trujillo acabó sexto la jornada después de cometer "un fallo de escuela de vela" en la primera manga, mientras que las chicas del Yngling -las hermanas Mónica y Sandra Azón, y Gabriela Pisonero- fueron undécimas.
Las peores previsiones se confirmaron y apenas soplaron entre cinco y seis nudos de viento del Sureste, con fuertes corrientes. "Qingdao abre mucho el panorama, eso es lo divertido, puede que vayas el 14 pero tienes opciones. Con un régimen tan flaco de viento todo puede cambiar en un momento", explicó Trujillo, que ha adelgazado más de 15 kilos para ofrecer menos resistencia al aire. Precisamente los regatistas españoles han mostrado su malestar por "la poca variedad gastronómica" que tienen en la sede de Qingdao. Según algunos tripulantes, "en el desayuno no hay alimentos básicos como cereales, leche desnatada y yogures, hay poca variedad de frutas y algunas comidas son muy picantes".
Hoy es el turno para los campeones olímpicos de la clase 49er, Iker Martínez y Xabi Fernández.
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