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Reportaje:PEKÍN 2008 | Natación

Punto de ebullición

Los expertos vaticinan el campeonato más rápido de la historia y lo atribuyen al nuevo bañador y a las mejoras técnicas y fisiológicas

Diego Torres

El 15 de febrero, en la piscina de la Universidad de Misuri, en la ciudad de Columbia, comenzaron a observarse los primeros sucesos extraños bajo el agua. Todo empezó con dos rubias. La primera, Natalie Coughlin, la muñeca sonriente de Vallejo (California). La segunda, Kristy Coventry, la patriota de Zimbabue, más pálida que una vela. Las dos batieron el récord del mundo ese día. Coughlin, en los 100 metros espalda; Coventry, en los 200. Lo hicieron embutidas como salchichas en un bañador nuevo. Un mono diseñado por la NASA que se envuelve al cuerpo comprimiéndolo, haciéndolo menos resistente al agua, y elevando la línea de flotación. Desde entonces se han batido 24 récords del mundo. La ola no tiene precedentes. Además de destacar la influencia del bañador, los expertos dan razones técnicas, fisiológicas y de metodología del entrenamiento. Algunos de ellos, pidiendo el anonimato, no descartan el uso de drogas ilegales. Como dijo un viejo entrenador universitario estadounidense: "Estoy convencido de que muchos están usando la hormona del crecimiento. De momento, es indetectable".

Habrá plusmarquistas mundiales en 29 de las 32 finales individuales
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"Es delicado como un purasangre"

Con ayudas o sin ellas, el Centro Acuático Nacional de Pekín alberga el presunto campeonato olímpico más rápido, más disputado y más completo. Alan Thompson, el jefe de entrenadores de Australia, dirige a una de las potencias que han puesto la piscina en ebullición. Ayer se paseaba por El Cubo de Agua con aire de mariscal. "Los bañadores son buenos, pero no creo que sean la razón principal de los récords. Lo esencial son los entrenamientos", dijo.

Los argumentos de Thompson no explican el dramatismo de la estadística. Nunca la natación llega a unos Juegos con tanta gente tan rápida. En 29 de las 32 finales individuales habrá nadadores en posesión del récord mundial. En 14 de ellas habrá más de un plusmarquista por prueba. Durante los Juegos de Atenas, la reunión de Thorpe, Van den Hoogenband y Phelps llevó al deporte hasta cotas desconocidas. El campeonato se anunció como el mejor de todos los tiempos. Antes del torneo, siete nadadores batieron nueve récords del mundo en siete pruebas diferentes. Parecía un registro insuperable. Pero este año 14 nadadores han batido 24 récords en 14 pruebas.

Thompson dirige a tres de estos 14 plusmarquistas: Stephanie Rice, Libby Lenton y Eamon Sullivan. Los tres usan el nadador de Speedo. El director técnico de España en los Juegos de Atenas, Carles Subirana, discrepó ayer de Thompson, mientras seguía el entrenamiento de Mireia Belmonte en el Cubo de Agua: "Estadísticamente, hay un dato: de los 24 récords mundiales que se han batido, sólo el de Federica Pellegrini en 400 libre no ha sido con el bañador nuevo. Este bañador te ayuda a mantener la posición del cuerpo alta durante más tiempo".

Francia también vive su esplendor. El jefe de la expedición, Claude Fauquet, contempla orgulloso a sus plusmarquistas, Laure Manaudou (400 libre) y Alain Bernard (100 libre). Lo piensa un minuto y expone: "Hay tres razones. Una es psicológica, otra es el bañador y otra es la eficacia con que están nadando los estadounidenses. Psicológicamente, cuando uno o dos nadadores se convencen de que es posible bajar los tiempos, generalmente se pican y al final lo logran. Esto ocurre sobre todo con Bernard, Levaux y Sullivan en los 50 y en los 100 libre, con Peirsol y Lochte en las carreras de espalda y con Phelps y Lochte en los 200 estilos. En las carreras femeninas la competencia se centra en la espalda y los estilos. Rice, Hoff, Coventry, Coughlin y Manaudou han llevado la natación al futuro".

"El bañador", prosigue Fauquet, "es más importante en las mujeres porque tienen más nivel de grasa que los hombres. Les comprime las caderas y los pechos y las ayuda a deslizarse mejor". "Hay una tercera razón puramente técnica", agrega Fauquet; "el equipo de Estados Unidos ha conseguido aumentar notablemente la distancia recorrida por cada ciclo de brazada en todos los estilos. Los movimientos son cada vez más eficaces. El uso del vídeo subacuático desde hace años ha mejorado muchos detalles biomecánicos".

Fernando Canales es el ayudante técnico de los Wolverines, el equipo de la Universidad de Michigan en el que nadan Michael Phelps y Peter Vanderkay: "No recuerdo una época como ésta en mis 32 años de experiencia. Lo atribuyo al perfeccionamiento de los entrenamientos gracias a la ciencia. La nutrición mejora las prácticas proporcionando alimentos durante el ejercicio. Con la fisiología, calibramos los entrenamientos de forma específica para cada nadador, según sus condiciones musculares, cardiovasculares... También es fundamental la atención al estado espiritual del atleta con técnicas de relajación, como el yoga. Finalmente, la fisioterapia ayuda a recuperarse mejor tras el esfuerzo. En Michigan, por ejemplo, empleamos mucho los baños helados para recobrar los músculos. Phelps, al principio, no los quería. Ahora ruega por ellos".

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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