"Así no podemos vivir"
El norte de Alicante denuncia la ocupación nocturna de la calle por rumanos
Los vecinos del barrio de Juan XXIII de Alicante ya están cansados de no dormir por las noches. Según denuncian los residentes, un gran número de inmigrantes rumanos que habitan en esta zona del norte de la ciudad toman las calles cuando el sol se pone y hacen ruido hasta altas horas de la madrugada, lo que les impide conciliar el sueño. Desde hace años, los conflictos sociales en este antiguo barrio obrero forman parte del día a día de los residentes, cuyas denuncias no han sido atendidas, aunque sus problemas vayan en aumento.
En esta ocasión, también han solicitado ayuda, pero nadie ha respondido. Por ello, varios vecinos del barrio se reunieron ayer con el inspector jefe de la Comisaría Norte, Antonio Sogorb, quien se prestó a ayudarles con el escrito para solicitar el permiso para manifestarse. La noche del jueves ya llevaron a cabo una protesta en la que cortaron el tráfico durante una hora en una de las calles principales del segundo sector de Juan XXIII, aunque sin la autorización correspondiente. Manuel Medina, presidente de la asociación de vecinos del barrio, asistió a la misma, aunque no en representación de la entidad. "Yo fui como vecino, no queremos implicar en este tema a la asociación sin llevarlo dentro de la legalidad", explicó Medina.
"Duermen al raso y cantan y bailan hasta altas horas de la madrugada"
Tal y como apuntaron desde el vecindario, los inmigrantes rumanos "sacan mantas y colchones a la calle, donde duermen al raso". Los residentes se quejan de que "los extranjeros ponen la música muy alta por las noches y cantan y bailan hasta pasadas las tres de la mañana". "Así no podemos vivir", se lamentó Manuel Medina, quien detalla que este colectivo "incluso hace sus necesidades en la vía pública".
Los agentes de la policía sí responden a las llamadas de los vecinos, pero cuando se personan en el lugar, "no hacen nada", apostilló el presidente de la Asociación de Vecinos de Juan XXIII. "Nos dicen que los inmigrantes no están cometiendo ningún delito", argumentó el dirigente vecinal.
"Somos ciudadanos de segunda", se quejó Francisco Camacho, el presidente de los comerciantes del barrio, quien asegura que si intentaran dormir con colchones frente al Ayuntamiento o en medio de la Explanada, no se les permitiría. Según Camacho, el comisario de la zona norte les ha apoyado mucho, aunque su ayuda es insuficiente porque, según les explica, "carece de efectivos". Por ello, el dirigente de los comerciantes critica que "todos los policías están en las zonas privilegiadas de la ciudad, las playas". Camacho, como vecino, ya que su entidad no ha intervenido por la ilegalidad de la manifestación, apoya totalmente la protesta, y reivindica un servicio de patrullas a pie para erradicar el problema. El presidente de los comerciantes insta al Ayuntamiento y a la Subdelegación del Gobierno a que emprendan acciones. Camacho también destaca la necesidad de un fiscal de menores, ya que "cada vez son más los niños que delinquen en el barrio", afirmó.
Los vecinos tienen previstas dos manifestaciones más la semana que viene, una vez conseguidos los permisos pertinentes.
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