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Crítica:cine
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El camino del samurái

Al final de Homicidio (1991), el personaje interpretado por Joe Mantegna, impelido por la obsesión de pertenecer al grupo, contemplaba cómo se desvelaba la tramoya de su autoengaño, subrayando su consustancial aislamiento. Era un momento típicamente mametiano. En Cinturón rojo ocurre algo parecido avanzado el metraje: Mike Terry -enérgico y convincente Chiwetel Ejiofor-, instructor de jiu-jitsu en un gimnasio con dificultades económicas, alcanza el punto límite del aislamiento y la desesperanza cuando se manifiesta la red de engaños e imposturas que se ha ido tejiendo a su alrededor. Es significativo que, a partir de ese momento, una de las señas de identidad del cine de Mamet -la textura verbal musculosa, precisa y deliberadamente elíptica- dé un paso atrás para dejar que la acción tome las riendas del discurso. Entre Homicidio y Cinturón rojo han pasado muchas cosas en la vida y en la obra de Mamet: entre ellas, quizás sea importante recordar aquí esos cinco años de entrenamiento en las artes del jiu-jitsu que, según confiesa, le han llevado a interiorizar la posibilidad del comportamiento moralmente correcto bajo todo tipo de circunstancias. En Cinturón rojo, el personaje mametiano es trascendido a la condición de samurái: una integridad solitaria que avanza en línea recta en un camino flanqueado por el engaño y la corrupción.

El espectador podrá reconocer a un David Mamet purísimo en el primer tramo de metraje

Siempre ha sido complicado pronosticar los movimientos de Mamet, pero que asuma la autoría de lo que bien puede considerarse un filme de artes marciales sin trampa ni cartón (aunque con mucha carne -y espesor- moral en el asador), entra en el terreno de la osadía. El espectador reconocerá a un Mamet purísimo en el primer tramo de metraje: cómo va construyendo ese microcosmos de relaciones alrededor de su héroe solitario es un ejercicio de virtuosismo. Habrá quien sienta cierta perplejidad en el tramo final, donde la lógica (verbal) mametiana se detiene para ceder el paso a la (por así llamarla) lógica del jiu-jitsu.

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