Ronaldinho sigue sin aparecer
Brasil gana con un golazo de Hernanes a Bélgica, que terminó con nueve
Brasil debutó con Ronaldinho de capitán. El mundo no lo veía jugar desde el 9 de marzo en el Camp Nou, contra el Villarreal, así que se le esperaba con deseo. No apareció, más allá de un triste regate, un par de faltas mal tiradas y un montón de pérdidas del balón. Lejos de reivindicarse, el nuevo jugador del Milan usó la larga inactividad como excusa. "Llevaba mucho sin jugar, así que estoy contento", dijo, tras una actuación muy típica suya en el último año y medio, en la que volvió a contagiar cierta desidia. Jugó mal Ronaldinho y jugó mal Brasil, que ganó gracias al talento de Hernanes, central del São Paulo que el Barcelona ha tratado de fichar recientemente. Tampoco le vino nada mal la ayuda que le prestó Al Ghamdi, el árbitro del partido.
BRASIL 1 - BÉLGICA 0
Brasil: Renan; Rafinha, Alex Silva, Hernanes, Breno, Marcelo; Anderson (Thiago Neves, m. 73), Lucas, Diego (Ramires, m.84); Ronaldinho y Alexandre Pato (Jô, m.73).
Bélgica: Bailly; De Roover, Kompany, Vermaelen, Pocognoli; Fellaini, Vertonghen, Maertens (De Smet, m.62), De Mul (Vanden Borre, m.82); Mirallas (Simaeys, m.74) y Dembele.
Gol: 1-0. M. 78. Hernanes, de un zurdazo dentro del área.
Arbitro: Jalil Al Ghamdi, de Arabia Saudí. Expulsó por doble amarilla al belga Kompany (m. 71) y a su compatriota Fellaini (m. 87) por roja directa. Amonestó a Hernanes y a Mirallas.
Unos 30.000 espectadores en Estadio Olímpico de Shenyang.
El colegiado saudí expulsó a Kompany (m. 71) al mostrarle la segunda tarjeta amarilla por un supuesto agarrón a Diego. Desde sus tiempos en el Anderlecht, Kompany siempre fue una garantía en la colocación, calidad que le bastó al veterano central del Hamburgo para finiquitar cuantos ataques insinuó Brasil. Sin él sobre el campo, a Brasil se le abrió el camino al área belga. Lo aprovechó Hernanes, que arrancó desde la defensa y, con tres poderosas y elegantes zancadas, se plantó en el área rival. Allí, cedió el balón a su izquierda, a Anderson, que lo perdió. Lo recuperó Hernanes, amagó con la pierna derecha, se lo acomodó en la izquierda y lanzó un zurriagazo seco que se coló por la escuadra de Bailly, el portero belga. Le bastó con eso a la canarinha, lenta y previsible, a imagen y semejanza de las sensaciones que le contagió Ronaldinho que, dicho sea de paso, apareció menos fondón de lo recordado. Cuando Bélgica presionaba pese a su inferioridad de efectivos, el arbitro expulsó a Fellaini, de nuevo injustamente. Ni aún así supo manejarse el equipo de Dunga, que pidió la hora para cerrar una triste victoria el día de su debut en los Juegos, el día que debía reaparecer Ronaldinho. Se le sigue esperando.
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