"El sábado competiré bien"
Gervasio Deferr apela a su fuerte carácter para sobreponerse al cansancio, las dificultades para adaptarse al horario y climas chinos y optar a la medalla en suelo
Hay deportistas increíbles. Uno de ellos es Gervasio Deferr, que aspira a ser el primer español con tres oros olímpicos. No importa que, a tres días de debutar en sus terceros Juegos, sostenga que está muy cansado, que lleve cinco días sin dormir bien, que esta semana no se haya entrenado en Pekín como le hubiera gustado o que en la Villa Olímpica los cambios de temperatura le resulten muy bruscos. Deferr es un competidor mayúsculo, uno de esos atletas a los que les puede la rutina, pero que se activan como nadie donde otros se paralizan: en las grandes citas. "Aún tengo que pulir detalles, los entrenamientos no me han salido como quisiera, me ha costado mucho adaptarme al cambio horario -sólo hoy (por ayer) he logrado dormir de un tirón- y el calor es agobiante, a veces no puedes ni respirar; pero no me preocupa, el sábado competiré bien, seguro".
"Los entrenamientos no me han salido como quisiera", reconoce el doble campeón
"En suelo... sería increíble ganar, ya me lo merezco", dice el gimnasta
Especial JJ OO: entrevista a Deferr |
La Gimnasia en los Juegos |
No es cuestión de vanidad. Desde Sidney 2000, este catalán hijo de exiliados argentinos ha sido un valor seguro. A sus 27 años, al borde de la jubilación como gimnasta de élite, a Deferr le duelen los huesos, cada rehabilitación le cuesta más y nunca se ha distinguido por su tajo diario. Pero su inquietante discurso de ayer ante la prensa española no le ha borrado esa mirada retadora y firme que le distingue. No le faltan motivaciones: puede ser el primer español en sumar tres oros (los dos primeros en salto) y tiene una asignatura pendiente en suelo, donde su reputadísimo ejercicio "sólo" le ha dado la plata en los Mundiales de 1999 y 2007. "En suelo... sería increíble ganar, ya me lo merezco".
El doble campeón olímpico también tiene un desafío colectivo. Se siente "comprometido" con un equipo que aspira a una plaza en la final olímpica por primera vez en la historia, lo que sí consiguió en el Mundial. "Para lograr ese objetivo tengo la misma presión que mis compañeros y por eso renuncié a ser el abanderado el día anterior a la competición, esto es una guerra y vamos a luchar. A nivel individual", agregó Deferr, "si no tengo medalla no pasará nada, porque lo importante es que ocho años después de Sidney estoy aquí y eso ya es un orgullo".
Deferr, que compareció ante los medios junto a Rafa Martínez, campeón de Europa en 2005 -48 años después de Joaquín Blume- y quinto en el concurso individual de Atenas 2004, la mejor clasificación de un español, y al debutante, aunque veterano, Manuel Carballo, ensalzó las instalaciones del Estadio Nacional Indoor, con capacidad para 20.000 espectadores, muy cerca del Nido. "Está muy bien montado, con todas las salas elevadas, lo que no ocurría en Sidney ni Atenas, donde había que adaptarse a unas más rápidas y otras más lentas", subrayó Deferr. Martínez puso más énfasis en los cambios de temperatura: "Sales de la habitación de la Villa a 24 grados, te encuentras en la calle con una temperatura muy superior y gran humedad, y cuando llegas al comedor pasas frío con el aire acondicionado".
Carballo se lo toma de otra forma. El menor de la saga se encuentra en el paraíso: "Ya me lo había advertido mi hermano Jesús, aguanta que en unos Juegos las sensaciones son geniales". Las de su compañero Rafa Martínez mejoran día a día tras haber superado diversas lesiones, pero no oculta que en Pekín la competencia será "mucho mayor" que en Atenas. "Somos ocho o nueve los gimnastas que lucharemos por estar arriba, entre los que destacan el chino Yang Wei, el japonés Tomita y el alemán Hambuechen". "¿El chino Wei (campeón mundial en 2006 y 2007) es insuperable?" Deferr contestó: "En gimnasia nadie es invencible". Bien lo sabe él, siempre al límite, siempre a un paso del destierro y luego, a la hora de la verdad, en la cima. Su andamiaje físico ya no es el mismo, pero su talento y fortaleza mental le respaldan.
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