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Entrevista:teatro

Blanca Marsillach, ante los miedos de una mujer de 40

La actriz protagoniza 'Buscando a Hilary', de la debutante Elise Varela

Los conflictos que todos tenemos con nuestro propio ego, con la voz de la conciencia, las dudas que nos asaltan en las encrucijadas son el hilo conductor de Buscando a Hilary, la obra teatral que Blanca Marsillach estrenará mañana en Vitoria. En clave de comedia, Elise Varela debuta de este modo como autora teatral después de años de trabajar como productora. Amigas y socias, ambas subrayan que se trata de una obra que aborda un tema serio en clave de comedia. "Elegí el tema de las voces del ego", comenta la dramaturga debutante, "porque estoy convencida de que nos influyen a todos, de un modo u otro, casi siempre negativo. Alguna gente lo reconoce y otros, no. Mi protagonista, Hilary, es una profesional de unos 40 años que vive en una encrucijada y desea cambiar. Pero su propio autodemonio, su ego, añade miedo a sus decisiones y la bloquea". Blanca Marsillach sonríe mientras escucha a su amiga y declara con total convicción que ella conoce esas voces: "Creo que a todos nos persiguen".

Encarnar a Hilary ha supuesto un esfuerzo especial para esta mujer de teatro que es actriz, productora y empresaria a un tiempo, que adora la memoria de su padre y que gestiona una sala madrileña que lleva el nombre de Adolfo Marsillach, uno de los grandes de la escena española. "Meterme en la piel de este personaje", confiesa, "me ha exigido mucho porque tengo que mantener un registro serio y grave durante toda la función. Hilary sufre un problema angustioso y debe actuar como contrapunto del resto de personajes -seis en total, interpretados por dos actores, Fran Sariego y Miguel Foronda-, que se desdoblan, que se ríen de sí mismos y de las situaciones. Además, ella significa lo contrario de aquello que yo soy. Es decir, Hilary es meticulosa, organizada y conservadora, mientras yo soy más bien bohemia y anárquica". Hace casi dos meses que comenzaron los ensayos, bajo la dirección de Esteve Ferrer, y a la compañía le espera una larga gira por toda España que arranca en el País Vasco y en Cantabria.

"Desde niña escuché en casa que el teatro se hallaba en crisis, pero goza de buena salud", opina la actriz. "Para los actores, el teatro supone independencia y libertad, a diferencia del cine y de la televisión. Cuando sales a un escenario, estás solo ante el público". Nacida en Barcelona en 1966, la autocalificada como "rebelde Marsillach" ha simultaneado el cine, el teatro y la televisión tras unos comienzos en los que interpretó obras clásicas. Completó su formación en Estados Unidos y, más tarde, formó su propia compañía. Suspira cuando responde a la pregunta de qué tal le va como empresaria teatral y afirma: "Gestionar un teatro es algo así como tener un hijo tonto estudiando en Suiza, es decir, un pozo sin fondo de dinero". No obstante, reconoce que el teatro ha mejorado mucho en España. "En tiempos de mi padre", señala, "se ponían las primeras piedras del panorama teatral de hoy, cuando muchísimas ciudades medias o pequeñas disponen de teatros que cuentan con una programación regular". En el vestíbulo de su teatro, una foto de Adolfo Marsillach observa con una mirada entre pícara y condescendiente. "Tú tienes la culpa", le dice Blanca.

La actriz Blanca Marsillach, fotografiada en Madrid.
La actriz Blanca Marsillach, fotografiada en Madrid.ÁLVARO GARCÍA

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