Maquinillas con historia
Una exposición recorre cien años de evolución de los utensilios de afeitar
Allá por los años sesenta del pasado siglo XX el humorista Gila anunciaba en la televisión las bondades del afeitado moderno en el aseo personal. Una exposición recuerda ahora el centenario de la maquinilla de afeitar y su variada descendencia en las técnicas del rasurado. La muestra, que lleva por título Cent anys afaitant-se, ha sido organizada por el coleccionista Andrés Alfaro Hofmann y se puede ver desde el 25 de julio al 3 de agosto en la Associació Cultural Petresana de Petrés. "La exposición", dice Alfaro Hofmann, "recoge la evolución a partir de finales del siglo XIX de este utensilio de higiene personal, desde las primeras maquinillas de seguridad a las maquinillas desechables que todos conocemos".
La maquinilla de afeitar desechable la comercializó Bic en 1975
Cultivador infatigable del diseño contemporáneo, Andrés Alfaro ha forjado una colección personal donde se puede ver una buena parte del objeto industrial doméstico del siglo XX. En su última película, Los abrazos rotos, el director Pedro Almodóvar ha recurrido a parte de sus fondos para la decoración. Ahora, gracias a una serie de exposiciones itinerantes y temáticas pueden verse sus fondos. "Cent anys afaitant-se", dice Alfaro Hofmann, "continua la línea de otras anteriores, como la que hicimos sobre una herramienta tan popular como el matamoscas. Se trata de exposiciones de pequeño formato y en las que queremos ir mostrando algunos de los utensilios que han forjado y han incidido en la vida cotidiana".
Hace más de un siglo, en 1895, el canadiense King Camp Gillete ponía en funcionamiento la primera maquinilla moderna. "Hasta 1903", señala Alfaro, "no se empezaría a comercializar pero fue con la primera guerra mundial cuando se popularizó entre el ejército americano, ya que los altos mandos decidieron sustituir en su aseo personal las navajas por las maquinillas con sus hojas, que por supuesto ofrecían mayor seguridad". Será pues con el ejército americano y la contienda mundial cuando las primeras maquinillas de afeitar lleguen a Europa y en el viejo continente se inicie la "revolución del afeitado".
"Después de la maquinilla de afeitar", dice Alfaro Hofmann, "el siguiente paso fue la llegada de lo que conocemos como la afeitadora eléctrica que comienza a comercializarse en la década de los años treinta en Norteamérica. Costaba 25 dólares y tuvo un éxito inmediato, ya que suponía un cambio radical en el aseo, ahora mucho más práctico y rápido y se pasaba del afeitado húmedo al afeitado en seco". En Europa serán las marcas Philips y Braun las que capitalizarán el nuevo invento que llegaría a España a partir de los años cincuenta aunque no sería hasta la década de los sesenta cuando se generalizase su uso. Modelos, algunos de ellos como la afeitadora eléctrica Braun SM3, que ya forman parte de la historia del diseño industrial contemporáneo. "Como ocurre", dice Alfaro Hofmann, "en otros sectores del diseño, también en este campo se reflejan las diferentes tendencias estéticas del siglo XX, desde el estilismo línea art-déco a formas de carácter organicista y hasta diseños que no esconden un perfil más sensual y erótico".
La exposición también recoge otros hitos del aseo contemporáneo como la primera afeitadora eléctrica de uso femenino. "Este invento", comenta Alfaro Hoffmann, "se lo debemos a Remington Rand, que además de crear la primera maquinilla de afeitar de dos cabezales, que supuso otro cambio importante, en 1940 lanzó al mercado la primera máquina diseñada para depilar el vello femenino". Por supuesto la exposición revisa también las populares maquinillas desechables. "La maquinilla de afeitar desechable", explica Alfaro Hofmann, "fue comercializada por primera vez en 1975 por la empresa Bic y ha sido sin duda uno de los diseños más populares que otras marcas imitarían posteriormente".
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