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Cocina para impostores

SOLOMILLO AUSENTE

Ahora sólo faltaba que no tener solomillos en casa fuera a impedirnos hacer un solomillo al roquefort. Hasta ahí podíamos llegar. Así que dejemos a la vaca rumiando en paz y, lata en ristre, dispongámonos a preparar esta receta impostora que respetará la integridad de nuestros bolsillos, nos alegrará el paladar y la vista, si comemos en solitario, y llenará de pasmo y admiración a nuestros no por queridos menos gorrones invitados, si tenemos visita. Rico y vegetariano porque como todo el mundo sabe, el cerdo, en su intrínseca belleza, es casi como una florecilla del bosque. En tierras extremeñas he visto yo con estos ojos robustos ejemplares del árbol Latamagrero (latomagrensis silvestre) que eran un primor, con las ramas llenas de latas brillantes y repletas de sabroso jamón cocido. Actualmente en la zona de Almería se cultivan también de forma hidropónica, en invernadero, pero a decir de los expertos el producto, aunque vistoso, es más insípido y de menor calidad... Eso sí, en las primeras citas amorosas no es recomendable agasajar a la amada con un ramo de latas de magro, ni siquiera de cerdos. Mejor flores.

- Ingredientes: 1 lata de magro de cerdo (de esas triangulares, en este caso Apis), 1 cuña de queso roquefort, 1 pimiento del piquillo, salsa Perrins, leche evaporada Ideal, aceite de oliva virgen extra.

- Preparación: para perpetrar esta receta lo primero es conseguir que el jamón de lata adquiera forma de solomillo. En mi caso, he cogido un vaso de un tamaño aproximado a la pieza de fiambre, lo he puesto en el centro y he presionado. Luego con ayuda de un cuchillo he sacado la pieza, que tenía ya un adecuado y solomilloso aspecto. Hecho esto, cortamos la carne por el centro, dividiéndolo en dos discos iguales. Cogemos el pimiento del piquillo y lo calentamos en la sartén, con un poco de su aceite. Se reserva en un plato, se añade un poco de aceite de oliva a la sartén y se doran los discos de jamón. Unas gotas de salsa Perrins cuando veamos que está cogiendo color, ayudará a que nos queden más dorados. Pura coquetería, en realidad. Sobre una de las piezas de magro colocamos el pimiento y lo cubrimos con la otra parte. Puesto en un plato, calentamos un poco de queso roquefort en un cacillo con un poco de leche evaporada Ideal (procurando que el queso quede bastante entero, que luego le da más prestancia al invento) y lo echamos sobre la carne. Un poco engorroso de contar, pero sencillísimo de hacer.

http://cocinaparaimpostores.blogspot.com

Solomillo apócrifo hábilmente camuflado.
Solomillo apócrifo hábilmente camuflado.F. C.

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