Aumenta la tensión en Turquía tras los peores atentados desde 2003
El Constitucional inicia el proceso de ilegalización del partido en el poder
El Tribunal Constitucional de Turquía inició ayer el proceso que podría culminar con la ilegalización del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), en el poder. La causa, ya de por sí explosiva, se abrió el día después de los peores atentados que sufre el país desde 2003, que causaron 17 muertos y más de 150 heridos en Estambul. El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, hizo ayer un llamamiento a la unidad. Pero la tensión es extrema.
Las autoridades y buena parte de la prensa atribuyeron al ilegal Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) la autoría del atentado. Según los medios locales, incluso se produjeron tres detenciones al respecto. Pero los portavoces de la guerrilla independentista negaron cualquier relación del grupo con la acción y la condenaron tajantemente. Nadie había reivindicado ayer el atentado. Las explosiones en Estambul coincidieron con una nueva operación turca de bombardeos contra posiciones del PKK en el norte de Irak, informa Reuters.
"Nuestro problema no es si el AKP es ilegalizado o no; nuestro problema en estos momentos es mantener la unidad para que nuestro país vaya en una dirección diferente", declaró ayer el primer ministro.
Mientras el Gobierno se concentraba en las explosiones del domingo, el Tribunal Constitucional comenzó a deliberar sobre el proceso de ilegalización del partido en el poder. El AKP de Erdogan está acusado de actuar contra el laicismo del Estado por la anulación de normas como la polémica ley del velo, que impedía usar el pañuelo en actos oficiales y en las universidades.
La resolución que adopte el Constitucional podría suponer la inhabilitación política del primer ministro, del presidente de la República, Abdulá Gül, y de otros 69 ministros y miembros del Ejecutivo. El AKP logró el año pasado una mayoría aplastante en unas elecciones que anticipó para responder a la presión del Ejército contra sus medidas.
Paradójicamente, la eventual ilegalización de los islamistas podría beneficiar la línea radical del PKK. El AKP ha tejido alianzas con los partidos legales kurdos, y su prohibición daría alas a los partidarios de la violencia. Los analistas advierten que este escenario puede llevar a la guerra abierta en la frontera con Irak -donde se cobijan muchas unidades del PKK- y empeorar las relaciones entre Ankara y Bagdad.
Los analistas coinciden también en que la ilegalización del AKP sería una bomba en el complejo proceso de aproximación a la Unión Europea, hasta el punto de poner en riesgo la eventual integración.
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