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Pretemporada

Soliloquio del Madrid

El equipo de Schuster se pasea ante el Lask lo mismo con titulares que con canteranos

Diego Torres

Schuster hizo el primer experimento de la pretemporada y comprobó que el equipo que terminó de poner a punto en mayo sigue funcionando en julio. Transcurridos dos años desde la llegada de Capello, el Madrid ha pasado por todas las instancias del trauma de la transición. Está armado. Cumple. Como ayer, cuando se ejercitó ante un adversario inferior. Tan minúsculo que permitió un soliloquio.

A falta de fichajes, el Madrid dio una oportunidad a sus canteranos. El resultado fue interesante. Llama la atención la poca bola que reciben estos chicos desde hace años. Dice el responsable deportivo, Pedja Mijatovic, que están verdes. El caso es que no parecen más verdes que Gago cuando llegó a Chamartín. Sin embargo, les exigen el doble. De la Red ha tenido que ganar una Eurocopa para recibir la confianza de los técnicos. Cabe preguntarse qué tendrá que hacer Parejo para que le concedan el mismo derecho. Ayer, Parejo entró por Guti en la segunda parte y asumió su papel de administrador con naturalidad y clase. Para eso está la cantera. Para que los jóvenes no se sientan extraños cuando se pongan la camiseta. Parejo, que tiene 18 años, se sintió como en el salón de su casa. Se asoció con Van Nistelrooy lo mismo que con Sneijder, por la derecha igual que por la izquierda. Lo hizo bien y el Madrid conservó la pelota y la iniciativa. Pero su destino está escrito. Los estrategas le buscan club para que madure. Hay que hacer hueco para Van der Vaart o para cualquiera.

El Madrid no tuvo inconvenientes para adueñarse del partido. El balón rodaba con dificultad, el campo estaba seco, la hierba alta, como es costumbre en los Alpes, y los austriacos entraban con pocos escrúpulos. Pero el Lask no fue el equipo que anunció Schuster. Cuando le quitaron el balón, se convirtió en una caterva de asfixiados. Ni se defendieron bien ni supieron contragolpear. Sólo a la salida de un centro frontal, un chico de nombre Saurer dejó en evidencia la falta de práctica de Dudek y la bisoñez de Javi García. El centrocampista, reconvertido en central, perdió la marca y se le colaron por la espalda en una jugada del montón. El gol de Saurer apuró al Madrid.

Robben fue el hombre más desequilibrante. Asistido por Guti, que jugó tranquilo sin que nadie lo apretase, el extremo dio los pases de los dos goles del Madrid en la primera parte. Dos centros. Uno desde la derecha, a pierna cambiada, que remató Baptista de cabeza en el segundo palo y otro desde la izquierda que conectó Raúl también de cabeza. En un desmarque de audacia, el capitán ganó la posición a los dos gigantes que operaban en el centro de la defensa contraria. Nunca le vieron.

En la segunda parte, Schuster dio entrada a Van Nistelrooy, que está fuera de forma, y a Sneijder, que está como siempre. También jugó Saviola, que sólo hizo lo que sabe: un gol.

Van Nistelrooy intenta desbordar a la defensa del Lask.
Van Nistelrooy intenta desbordar a la defensa del Lask.EFE

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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